La planificación familiar ha sido tradicionalmente vista a través de un enfoque limitado, que se centra casi exclusivamente en la reproducción y deja de lado las necesidades y deseos de las mujeres. En este sentido, Denisse Angélica Flores González, psicóloga y educadora en sexualidades menciona: “Actualmente, el tema de la planificación familiar ha enfrentado restricciones porque se ha centrado exclusivamente en la parte reproductiva. Por eso ahora se ha comenzado a hablar de ‘proyecto de vida’ o ‘bienestar sexual’. Este término implica que, más allá de esperar que las mujeres sean mamás, se les brinda la oportunidad de explorar otras facetas de sus vidas. Además, se trata de que puedan probar diferentes métodos anticonceptivos y elegir el que les haga sentir más cómodas”.
La especialista destaca que “la concepción no compete únicamente a las mujeres” sino que también las decisiones de los hombres son clave. “La participación masculina en la crianza y en el ámbito emocional es esencial. Por eso, es importante incluir a todos en esta conversación”, señala.
La equidad en salud sexual debe incluir a todos
Es importante hablar de equidad en el desarrollo de un proyecto de vida, lo cual implica involucrar a todos los géneros en la conversación sobre salud sexual, asegurando que todos tengan las mismas oportunidades de acceso, información y apoyo para tomar decisiones conscientes y saludables sobre su propio bienestar.
“No se nos debe ver sólo como instrumentos de reproducción, ni ser madres como el objetivo máximo de nuestra existencia. También está bien no querer tener hijos. Los anticonceptivos no deberían ser vistos sólo como herramientas para evitar embarazos, sino como medios que nos permitan disfrutar de nuestra sexualidad, prevenir enfermedades de transmisión sexual y tener una mejor calidad de vida”.
A pesar de los avances, persisten prejuicios culturales y desinformación que dificultan la inclusión de todos los grupos, como las personas con diversas orientaciones sexuales y aquellos con discapacidades. “Persiste un gran tabú, y la raíz de esto es la desinformación. Muchos siguen siendo resistentes a este discurso, por lo que es esencial trabajar desde el respeto y la empatía”, señala Flores González. Para construir una sociedad más libre, es fundamental que las instituciones educativas y sociales unifiquen criterios sobre derechos, proporcionando información adecuada a todos los sectores.
Educación y colaboración son la clave
El papel de la educación es esencial en este proceso y debe comenzar desde la edad más temprana posible para cultivar una mentalidad abierta y fomentar el autocuidado. “Los adultos deben transmitir conocimiento con el ejemplo”, señala Flores González, lo que incluye enseñar sobre la toma de decisiones, el establecimiento de límites y la aceptación de uno mismo.
La importancia de la representación y la inclusión en la educación sobre sexualidad y planificación familiar no puede ser subestimada. La especialista sostiene que “no es algo que se deje únicamente al gobierno” pues se necesita un esfuerzo conjunto de todas las partes involucradas, incluyendo instituciones públicas y privadas, para promover la equidad. Esto no sólo mejora la calidad de vida de las personas, sino que también crea comunidades más saludables y resilientes.
Sin embargo, el temor a buscar información y el estigma asociado con la planificación familiar son obstáculos que muchas personas enfrentan. “Es comprensible que se sientan con miedo o incertidumbre, pero es completamente natural y válido”, indica Flores González. Es vital que las personas se validen y busquen el apoyo de profesionales capacitados que puedan guiarlos en sus decisiones.
Como sociedad, debemos trabajar para eliminar la desinformación y los prejuicios, promover la educación desde la infancia y garantizar que todas las personas, independientemente de su género u orientación sexual, tengan acceso a la información y los servicios que necesitan. “Nuestra salud y bienestar dependen de estar bien informados”.