Pareja

Las microinfidelidades en la era digital: una nueva amenaza para las relaciones amorosas

Lo que no debes permitir que haga tu pareja.

En la era de las redes sociales y la hiperconectividad, las relaciones amorosas se enfrentan a nuevos desafíos. Uno de los conceptos emergentes que ha captado la atención de psicólogos y terapeutas de pareja en los últimos años es el de las “microinfidelidades”. Este término describe una serie de comportamientos aparentemente inofensivos pero que, bajo la superficie, pueden minar la confianza y la estabilidad de una relación.

¿Qué son las microinfidelidades?

Las microinfidelidades, según la psicóloga australiana Melanie Schilling, consisten en pequeñas acciones o comportamientos en los que una persona comprometida traiciona la confianza de su pareja a través de coqueteos encubiertos. Estos actos, que muchas veces se llevan a cabo en secreto o son racionalizados como “inofensivos”, suelen ocurrir en el ámbito digital y están impulsados por las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías.

El auge de las redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea y plataformas de citas ha ampliado el espectro de lo que puede considerarse una traición en una relación. Anteriormente, el engaño se asociaba principalmente con el contacto físico o el romance explícito fuera de la relación. Sin embargo, las microinfidelidades abren la puerta a un tipo de traición más sutil, que no necesariamente implica un encuentro físico, pero que puede ser igualmente dañino para la confianza y la conexión emocional entre dos personas.

Ejemplos de microinfidelidades

Las microinfidelidades pueden manifestarse de diversas maneras, y muchas veces los involucrados no son plenamente conscientes del impacto que estas acciones pueden tener en su relación. Algunos ejemplos comunes incluyen:

- Enviar mensajes a un ex en busca de algo que no sea una simple amistad: Establecer contacto con una ex pareja puede parecer inocente al principio, especialmente si ambos han mantenido una relación cordial después de la ruptura. Sin embargo, si el motivo de la comunicación va más allá de la amistad y busca satisfacer alguna necesidad emocional no resuelta, este comportamiento puede ser visto como una traición.

- No hacerle saber a otra persona que estás en una relación estable o minimizar la seriedad de tu relación: Es común que, en ciertas interacciones sociales, una persona evite mencionar que está en una relación o que haga parecer que su compromiso no es serio. Este tipo de omisiones pueden interpretarse como una forma de mantener abierta la posibilidad de conectar con otras personas en un nivel más íntimo.

- Reaccionar a historias o dar likes con frecuencia a una persona que te parece atractiva en redes sociales: Aunque las interacciones en redes sociales pueden parecer triviales, la repetición constante de “me gusta” o la reacción a las publicaciones de alguien que se considera atractivo puede ser interpretada como un acto de coqueteo. Esto es especialmente delicado si la pareja se siente ignorada o menospreciada en comparación con la atención que se otorga a otros en línea.

- Tener conversaciones subidas de tono con otras personas: Mantener charlas íntimas o con contenido sexual con alguien que no sea la pareja puede parecer menos grave que una infidelidad física, pero es un claro ejemplo de microinfidelidad. Este tipo de conversaciones a menudo se ocultan o se realizan en secreto, lo que aumenta la sensación de traición si la pareja llega a descubrirlo.

- Guardar el número de otra persona con un nombre diferente para que tu pareja no lo note: Cambiar el nombre de contacto de alguien para ocultar su identidad es un acto deliberado de engaño. Este tipo de comportamiento indica que la persona sabe que está cruzando una línea, lo que lo convierte en una clara señal de una microinfidelidad.

¿Por qué son peligrosas las microinfidelidades?

Las microinfidelidades, aunque pequeñas en comparación con una infidelidad tradicional, pueden tener un impacto significativo en la relación. A menudo, estos comportamientos crean una grieta en la confianza mutua y alimentan la inseguridad y los celos. Aunque cada pareja puede tener sus propios límites y definiciones de lo que consideran aceptable, las microinfidelidades tienen el potencial de sembrar dudas y resentimientos que, si no se abordan, pueden crecer y afectar negativamente la relación.

Uno de los mayores peligros de las microinfidelidades es la capacidad de racionalización. A menudo, quienes incurren en estos comportamientos los justifican como “inofensivos” o “normales”. Esta minimización puede impedir que se reconozca el verdadero daño que se está causando, tanto a la relación como a la autoestima de la pareja afectada.

Además, las microinfidelidades suelen ocurrir en secreto, lo que refuerza la sensación de traición cuando finalmente salen a la luz. La falta de transparencia y honestidad en la relación puede ser tan dañina como el propio acto en sí. En muchos casos, las microinfidelidades son el síntoma de problemas más profundos en la relación, como la falta de comunicación, la insatisfacción emocional o el deseo de validación externa.

¿Cómo prevenir las microinfidelidades?

La prevención de las microinfidelidades pasa por establecer una comunicación abierta y honesta en la pareja. Es fundamental que ambas partes discutan y acuerden cuáles son los límites en cuanto a las interacciones con otras personas, tanto en el mundo real como en el digital. La definición de lo que constituye una infidelidad puede variar de una pareja a otra, por lo que es importante que cada miembro de la relación exprese sus expectativas y preocupaciones.

Además, es esencial que ambas partes cultiven una relación basada en la confianza y el respeto mutuo. Esto implica ser consciente de cómo nuestras acciones pueden afectar a la pareja y evitar comportamientos que puedan generar inseguridades o resentimientos. La transparencia en las interacciones con otras personas es clave para mantener una relación sana y evitar caer en la trampa de las microinfidelidades.

Finalmente, es importante recordar que las microinfidelidades, aunque sutiles, pueden ser el primer paso hacia una infidelidad mayor si no se abordan a tiempo. Si uno de los miembros de la pareja se siente atraído por la validación externa o busca satisfacer necesidades emocionales fuera de la relación, es fundamental abordar esos problemas de manera abierta y honesta antes de que se conviertan en una amenaza más grave para la relación.

Las microinfidelidades representan un desafío particular en el contexto de las relaciones modernas, en las que las nuevas tecnologías han creado oportunidades para el coqueteo encubierto y la traición emocional. Aunque estos comportamientos pueden parecer inofensivos, tienen el potencial de causar un daño significativo a la confianza y la estabilidad de una relación. Prevenirlas requiere una comunicación clara, honestidad y el compromiso de ambas partes de respetar los límites establecidos en la relación.

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