Minimizar, descalificar o ignorar las emociones y experiencias del otro es lo que denominan invalidar emocionalmente en una relación de pareja, algo que puede traer consecuencias a largo plazo para tu salud mental. Para muchas, esta actitud en su novio o esposo resulta ‘similar’ para el cerebro si se ha criado con un padre emocionalmente no disponible o ausente.
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Es por eso que cuesta tanto romper el patrón o soltar a alguien, aunque nos haga daño. Nos quedamos atrapados en lo que nos resulta ‘común’, incluso si es algo tóxico o poco favorable.
¿Qué significa que tu pareja te invalide emocionalmente?
Pues bien, los expertos consideran que la invalidación emocional puede manifestarse de diversas maneras, como la crítica, la burla, la implicación de que uno está exagerando o hacerte sentir que tus sentimientos son irrelevantes, ya sea con actitudes directas o indirectas, como aplicar la ley del hielo, alejarse de ti o desaparecerse, sin brindarte apoyo.
Cuando una persona se siente emocionalmente invalidada, el impacto en su salud mental puede ser profundo y duradero. Un estudio publicado en el Journal of Family Psychology encontró que puede contribuir a trastornos de ansiedad y depresión en las mujeres.
Una de las primeras consecuencias de la invalidez emocional es la erosión de la autoestima. Cuando un compañero desestima regularmente las emociones del otro, este último puede comenzar a cuestionar su valía, sensación de realidad y la legitimidad de sus propios sentimientos. Esto poco a poco se va transformando en desconfianza y resentimiento en el vínculo.
La comunicación efectiva es fundamental y cuando uno de los miembros siente que sus emociones no son tomadas en cuenta, es probable que se cohíba en expresarse o que lo haga de manera desigual. Esto puede dar lugar a conflictos que se acumulan con el tiempo, creando un ambiente de tensión que afecta la calidad de la relación y el bienestar de ambos.
Otro efecto destructivo de la invalidez emocional es la tendencia a experimentar problemas de regulación emocional. Las personas que no son validadas en sus emociones pueden aprender a reprimir sus sentimientos, lo que a la larga puede resultar en estallidos emocionales inesperados o en una desconexión emocional que impide que la pareja comparta una conexión auténtica. Esta falta de sintonía puede dificultar la resolución de problemas y la construcción de una base sólida de apoyo mutuo.