Al leer esta nota pensarán que soy una fumadora pasiva de marihuana, y no se equivocan. Las Vegas, una sede en la Copa América, está llena de contrastes.
PUBLICIDAD
Desde el momento en que puse un pie en el famoso Boulevard Las Vegas, un aroma peculiar me dio la bienvenida: marihuana en el aire.
Sepas o no fumar, acá lo sientes en cada rincón y más aún con el sofocante clima, de hecho, creo que esto lo expande como un aromatizante sutil.
Esta experiencia, aunque inesperada a comparación de otros destinos, reflejaba el espíritu desenfadado y libre de la ciudad conocida como la “Ciudad del Pecado”.
Legalidad en lo ilegal
Aunque el consumo de marihuana se pueda satanizar y es ilegal, especialmente en los países latinoamericanos; en Las Vegas, la marihuana recreativa es legal para personas mayores de 21 años desde 2017.
Y es que puedes poseer hasta 2.5 onzas de marihuana para uso personal o hasta un 1/4 de onza de concentrado de THC.
¡Pilas ahí! Aunque su compra y posesión son legales, su consumo en espacios públicos no lo es. Las autoridades locales imponen multas severas a quienes fuman en áreas no permitidas, como calles y parques. Pero “lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas”, dicen, y esto lo saben muy bien hasta los uniformados del orden.
PUBLICIDAD
Un paseo, olfateando lo prohibido
Al caminar por el Strip y otros bulevares famosos como Fremont Street, el olor a marihuana era omnipresente. Esto no es sorprendente, ya que Las Vegas atrae a visitantes de todo el mundo, muchos de los cuales aprovechan las relajadas leyes de cannabis de la ciudad.
Los dispensarios de marihuana, con sus luces brillantes y ofertas atractivas, están dispersos por las calles, haciendo que el acceso sea tan fácil como comprar una bebida en un bar. ¡De hecho, me regalaron un vape!
La influencia jamaiquina
El partido de la selección ecuatoriana contra Jamaica en el Allegiant Stadium atrajo a numerosos fanáticos jamaiquinos.
Durante este encuentro y en los alrededores del estadio, era común ver a personas consumiendo porros de marihuana, en una celebración que mezclaba el deporte y la cultura del cannabis.
Esto lo evidencié mientras me escapaba del fogón de calor en la ciudad, que alcanzaba los 43 grados, encerrada en el auto con el aire acondicionado a tope.
Una jamaiquina llamada Lola, estacionada a mi lado, se percató de mi presencia y me ofreció probarlo, ante mi negativa ella lo consumió con sus hermanos previo a entrar al estadio y pues ¡todos contentos!
Las Vegas no solo es el destino predilecto para el entretenimiento y el juego, sino también un epicentro para el consumo de marihuana recreativa, atrayendo a quienes buscan disfrutar de su libertad en un ambiente sin igual. ¡Te vuelas porque te vuelas!