Las recompensas y castigos que experimentamos como consecuencia de nuestras acciones en una relación de pareja son llamados reforzadores. Estos surgen de una dinámica inconsciente en la que premiamos lo que nos hace sentir bien para que la otra persona lo haga más a menudo y claro, marcamos límites cuando nos han hecho daño.
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De acuerdo con Psicología y Mente, son muy considerados por la terapia conductual, ya que influyen en el bienestar que podemos experimentar al lado de una persona.
No en vano, existe el reforzamiento intermitente, que es cuando te dan amor por unos días y después esa persona se aleja o se muestra indiferente, llevándote a la ansiedad, la confusión y el caos, una dinámica sumamente tóxica en ciertas parejas.
¿Qué son los reforzadores y cómo usarlos de manera positiva en un hombre?
“El reforzador (o refuerzo) es cualquier estímulo que aumenta la probabilidad de que una conducta se repita en un futuro”, explica la misma fuente y por ende, puede ser utilizada de una manera positiva y constructiva en los vínculos de pareja con un hombre, pero también de amistad.
Estos se dividen en varias categorías, como los primarios, que van ligados a satisfacer una necesidad biológica (como comer), o los secundarios, que son aquellos que “no satisfacen una necesidad biológica directamente pero adquieren su capacidad reforzante a través de su asociación con refuerzos primarios”, explican desde la Universidad de Navarra.
Llevando esto al apartado práctico, podríamos decir como ejemplo que esa persona hizo algo bonito por ti y tú se lo retribuyes con algunos elogios verbales, darle una comida favorita, abrazos o besos, invitarlo a realizar un pasatiempo que le agrade como ir al cine o pasear al parque, darle un regalo, u otros. Tu pareja, por imitación, adoptará el mismo modelo de interacción y se dará paso a la reciprocidad, idealmente.
El‘reforzador se aplica luego que la persona tuvo una conducta positiva para ti, por lo que no puedes premiarlo con más atención, gestos o cariño, cuando fue indiferente contigo, te habló mal o se le olvidó la cita, es decir, cuando hizo algo mal que no quieres normalizar en la relación.
