¿Quién no ha enviado enojada un mensaje de texto? pues es posible que todas. Para muchas personas es inevitable expresar su malestar en el momento a través del celular para dejar clara su posición ante lo que se está discutiendo con otras personas que, por lo general, suelen ser la pareja o familiares muy cercanos.
Es común que esta práctica, lejos de resolver, empeora la situación, especialmente porque en medio de la cólera no se miden las palabras que se escriben y el receptor, pueden interpretar según lo que más se le ajuste, desatando así un infierno. A estas discusiones se le conoce como “fexting”, que es un término compuesto: the ‘fight’ (discutir, luchar) y ‘texting’ (mensaje de texto).
Cuando a las frases enviadas no se acompañan, la situación se puede volver aún más tensa, ya que estos elementos ayudan a suavizar el mensaje o a que interprete de manera de correcta. Sin embargo, hay muchas personas que no lo utilizan. El desahogo a través de la mensajería en el teléfono móvil para algunos tienen ventajas, pero muchos contras para otros.
La psiquiatra Mimi Winsberg, exresidente de psiquiatría en Facebook y especialista en salud digital, manifestó a la revista GQ, que uno de los beneficios del fexting es que “te permite tomarte tu tiempo y leer detenidamente algo antes de contestar. A diferencia de una discusión en persona, la respuesta de la otra persona es claramente visible en la pantalla y no entra por un oído y sale por el otro. (...) Los mensajes de texto ofrecen la oportunidad de hacer una pausa, reflexionar y editar tus respuestas utilizando buenas prácticas de comunicación”.
Incluso, aconsejó para que esto pueda ser una buena práctica: Como tomarse en tiempo para leer detenidamente los mensajes y reflexionar; leer tus mensajes enviados en voz alta para verificar que no se prestaba para malinterpretaciones; apelar por la paciencia y la empatía; así como preguntar para tener una mejor comprensión; y procurar terminar la conversación en un cara a cara.
Sin embargo, lo mejor es evitarla, especialmente cuando es con la pareja, porque los mensajes se malinterpretan, todo lo que dices puede ser usado fácilmente en tu contra. Así lo indicó Laura Wasser, una famosa abogada de divorcios al New York Times: “Obtenemos cientos y cientos de impresiones de mensajes de texto, lo que puede servir de gran prueba para el juez”.
Mientras que la mediadora matrimonial, Debra Macleod, aseguró que “pelear por mensajes de texto es una especie de compulsión para ciertas personas, una necesidad de obtener una respuesta, ahora mismo, en lugar de tener una conversación cara a cara”.
Es mejor calmarse, a pesar de la gran rabia o impotencia que se pueda sentir, para tratar de hablar en persona, ya que así se podrá tener acceso a los elementos necesarios para una comunicación efectiva como: la entonación, ritmo y el volumen de la voz, y el lenguaje corporal.