Ghosting, love bombing, breadcrumbing… En el mundo de las relaciones modernas, los términos para referirse a conductas que se repiten entre las parejas en la actualidad surgen todo el tiempo.
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El más reciente es el orbiting, un vocablo usado para describir cuando una persona está pendiente de las publicaciones de otra en redes, pero no demuestra mucho interés en persona, según OHLALÁ!
De ahí debe su nombre, pues el individuo orbita alrededor de otro con el que parece querer entablar una relación o quizás la tuvo antes, pero sigue revisando sus perfiles en las plataformas.
Muchos, al menos una vez, han orbitado en torno a alguien, ya sea que les gustó, pero no se llegó a nada a ver si prospera; un nuevo chico para hacerse notar o un ser del pasado que aún quieren.
Sin embargo, aunque parece inofensivo, la realidad es que el orbiting puede tener un gran impacto en la vida de los involucrados de maneras que quizás ninguno de ellos se puede llegar a imaginar.
¿Por qué las personas practican el orbiting?
El orbiting no representa nada, pero figura una probabilidad de algo y por eso las personas caen en esta práctica, explica la revista citada. Tanto hombres como mujeres se emocionan solo con la idea de tener un romance con un crush y las interacciones en redes sociales parecen facilitarlo.
No obstante, muchos también se molestan al ver cómo una persona que los rechazó ahora reaparece dando likes a sus posts. Y es que ese gesto genera mucha confusión sobre su significado.
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¿Los ‘me gusta’ quieren decir que sí quieren una relación? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero no hay quien no sepa que reaccionar a las publicaciones de otro despertará alguna sensación en este.
La razón por la que las personas deciden orbitar a otra es muy sencilla: se trata de algo muy fácil, pueden hacerlo y satisface la necesidad de seguir en el plano, aunque no se sepa lo que se desea.
El orbiting puede ser un irrespeto en ciertos casos…
De acuerdo al medio, el orbiting no es necesariamente un irrespeto. El hecho de tener a un prospecto en la lista de espera siempre ha existido, pero las redes lo hacen todo mucho más visual.
Las relaciones amorosas no siguen patrones rectos ni se desarrollan por etapas definidas, sino que tienen sus giros. Además, se pueden tener varios intereses y no siempre los tiempos concuerdan.
La cuestión es que, en el mundo moderno, las oscilaciones de los romances y los procesos personales quedan claramente evidenciados en confusos vaivenes virtuales en las plataformas.
A la par, la ansiedad en el presente y la prisa que muchos sienten no es beneficioso al momento de intentar hallar una razón o sentido que, frecuentemente, solo el paso del tiempo puede ofrecer.
Sin embargo, el orbiting puede considerarse un absoluto irrespeto si una persona que te lastimó y demostró no tener interés ahora se hace notar en tus redes solo para tenerte en sus opciones.
La práctica en ese sentido es complemente tóxica e inaceptable, aunque solo puede entenderse adecuadamente un escenario donde dos seres que se conocen previamente y tuvieron una relación.
Mientras, si la persona que te orbita y tú nunca han tenido nada de verdad, el hecho de que ahora sea tu satélite puede representar simplemente que está interesada por potencial entre ambos.
En ese contexto, el orbiting pudiera ser una forma de elogio, una señal de que vives latente en el anhelo del otro, aunque eso no necesariamente se materialice en el mundo fuera de las redes.
Tú eliges quién gravita a tu alrededor
Al final del día, hay que recordar que tú tienes el poder de decidir quién gravita a tu alrededor. Si una persona de tu pasado o agresiva está invirtiendo mucho en interactuar con tus publicaciones en busca de una reacción, siempre puedes aclarar el panorama a través de un mensaje directo.
También puedes bloquear a cualquier persona que no quieres en tu órbita para sacarlo del firmamento de manera terminante. No siempre vas a entender todo de las personas ajenas, por eso, debes cuidarte y comprender hasta dónde un emoji o una vista pueden descolocarte.
