Aunque cada padre es distinto, hay un hábito que muchos papás y mamás alrededor del mundo jan comenzado a adoptar desde hace varios años y puede afectar mucho a sus hijos: el phubbing.
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El término define cuando una persona desatiende a otra en la vida real para navegar en su teléfono. Se acuñó en Australia como parte de una campaña del Diccionario Macquarie en 2012.
La palabra entonces fue elegida para describir una preferencia creciente de conducta en la que los individuos ignoran a todos a su alrededor mientras miran las pantallas de sus smartphones.
En los padres, la doctora Jenny Woo describió el phubbing como el hábito de estos de enfocarse en sus teléfonos en lugar de prestarles atención a sus hijos o interactuar con ellos, según Parents.
Si bien parece inofensivo, la realidad es que puede ser nocivo para los niños y tener un impacto significativo en ellos si sienten rechazados o desairados por sus progenitores o cuidadores.
¿Cómo afecta el phubbing de los padres a sus hijos?
De hecho, de acuerdo al medio citado, un estudio en 2022 descubrió que el phubbing de los padres se correlacionó con el apego entre padres e hijos, la merma del ego y el desgaste por aprendizaje.
“Cuando los cuidadores priorizan sus teléfonos sobre la interacción con su hijo, lo que se le puede comunicar a ese niño (y que este niño internalice) es que el teléfono es más valioso, atractivo, interesante e importante que ellos”, dijo Michelle Felder, directora ejecutiva de Parenting Pathfinders, a Parents.
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Según la revista, todo esto se vincula con el término “cara quieta” que surgió de un experimento en los 70. En dichas pruebas, se demostró cómo el mantener interacciones interrumpidas o la ausencia de compromiso social de los padres afecta a sus hijos, tal como sucede en el phubbing.
“En el experimento, cuando un padre repentinamente dejó de responder y adoptó una expresión facial y un comportamiento inmóvil y sin emociones, los bebés mostraron signos de confusión y angustia”, explicó Felder a la publicación.
“Las interacciones entre padres e hijos desempeñan un papel muy importante en la configuración del desarrollo social y emocional de un niño, y este experimento subraya la importancia de las conexiones sociales y de ser emocionalmente receptivo a las necesidades de un niño”, resaltó.
Por otro lado, la terapeuta Nikki Hurst aseveró al medio que el phubbing además puede generar retrasos graves en el aprendizaje del lenguaje, habilidades y también comportamientos sociales.
Además, el phubbing de las madres en concreto ha sido asociado de manera significativas con problemas emocionales y conductuales de sus vástagos.
¿Cómo superar el hábito del phubbing si eres padre?
Ahora, el phubbing no es una sentencia. Si tiene este hábito y le preocupa cómo puede impactar a sus hijos, puedes controlarlo efectuando tan solo tres sencillos cambios a su vida como padre.
Inaugura espacios libres de teléfono
Jenny Woo aconsejó a los padres destinar espacios concretos en la casa donde no se pueda usar el teléfono para que se preste toda la atención a sus familiares, ya sea el comedor o cualquier otro.
“Cuando los padres necesitan usar sus teléfonos mientras están con sus hijos en estos espacios, pueden explicar para qué los están usando, demostrando que es para un propósito específico en lugar del acto de desplazarse y navegar sin rumbo”, destacó a Parents.
Marca las reglas para el uso del teléfono
En el caso de los padres que usan el teléfono principalmente por trabajo, Hurst aconseja crear límites estrictos alrededor de las actividades laborales y la utilización del celular fuera de horario.
“Una vez establecidos esos límites, respételos y no revise los correos electrónicos ni los mensajes del trabajo hasta el siguiente día hábil”, recomendó al medio.
Fija límites con las redes sociales
Mientras, aquellos que son absorbidos por las redes sociales, Hurst recomienda fijar límites en las aplicaciones que son más distractoras, tales como TikTok.
“Silencia las notificaciones después de cierta hora del día o pon tu teléfono en modo ‘no molestar’ para ayudar a limitar las distracciones no deseadas”, apuntó a la revista.
En conclusión, los teléfonos forman parte de la vida, pero con atención, fijación de límites y siendo modelo a seguir, los padres pueden asegurarse de que su uso del smartphone no dañe a sus hijos.