A muchos les suele pasar que cuando caen en la rutina en diferentes ámbitos de sus vidas, todo parece dejar de importar, ya no satisface como a inicio, es entonces, cuando se desea hacer una pausa, cambiar de ambiente, para reencontrarse con la motivación y continuar el camino. Pues lo mismo sucede con el sexo, que al ceder ante la monotonía, muchas parejas optan por un “sex detox”.
También se le conoce como abstinencia sexual selectiva al que ahora muchas parejas, y solteros también, han puesto en práctica para avivar la llama de la pasión. Hacer ayuno sexual puede traer muchos beneficios. El psicoterapeuta norteamericano, Ian Kerner, citado por la revista ¡Oh, la lá!
explicó que “cuando se trata de sexo y relaciones, a veces entramos en un círculo vicioso y la única manera de salir de él es empezar de nuevo. Aparcar la sexualidad durante 30 días es una buena manera para resetear nuestro lado erótico”.
Simplemente la pareja acuerda no tener encuentros sexuales de ningún tipo para incrementar el deseo por el otro, para extrañarse y, por ende, valorar y disfrutar más del sexo cuando deseen dejar de lado la abstinencia, aunque no se ha comprobado que esto realmente traiga grandes beneficios.
El ginecólogo y sexólogo del Hospital Universitario de Burgos, Modesto Rey, al diario El País: “La abstinencia solo podría referirse a la falta de prácticas sexuales orientadas al orgasmo. Pero no hay estudios que evalúen su impacto en la salud de las personas que han decidido no tenerlas por razones morales o místicas o por miedos. A nivel psicológico, depende de la motivación de cada persona”.
La actividad sexual aporta salud, pero una persona que decide ser abstinente porque lo ha decidido con libertad, no tiene ningún tipo de perjuicio en la salud. Kener expresó que esto podría ayuda a recuperar todo el deseo sexual por la pareja, pero acotó que también es importante que durante este tiempo de celibato se realicen algunas prácticas que alimenten ese deseo.
Por ejemplo, la pareja puede hablar de sus fantasías sexuales, recordar sus mejores encuentros, actualizar los gustos en este tema, cómo impedir caer en la rutina, qué les gustaría hacer al regresar a la contienda. Eso sí todo esto debe hacerse sin practicar sexo, solo usando la imaginación, de modo que el deseo se potencie.
El mejor momento para practicar la abstinencia sexual es cuando se sienta aburrido de hacer siempre lo mismo, que las ganas intensas que alguna vez tuvieron han mermado por la misma rutina o cuando se requiera un “reseteo” en este plano. Sin embargo, debe ser consensuado, sabiendo que será para tener un beneficio a posterior, y no como una salida a un problema de otra índole.