Los verdaderos amigos estarán contigo en todos los altibajos de tu vida. Puedes confiarles tus secretos, tus alegrías y miedos y ella te entenderá, te aconsejará y hasta te hablarán con franqueza por tu bien sobre lo que no le parece de algo que has hecho. Por supuesto, estos no buscarán cambiarte ni sabotear tu felicidad o hacerte dudar de tus logros.
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Sin embargo, a veces es fácil rodearte de las personas equivocadas, aquellos “amigos” que te hacen sentir mal todo el tiempo o drenan tu energía.
¿Sientes que siempre atraes a personas tóxicas que influyen de manera perjudicial? ¿Te hacen sentir mal en cada encuentro? Si es así, probablemente te estés preguntando cómo es que llegaron a tu vida y por qué los consideras amigos?
Quizá creas firmemente que tienes una actitud extremadamente positiva y que eso debería atraer a personas igualmente positivas sin embargo, te sorprenderá saber que podrías estar teniendo ciertas conductas que son todo lo contrario.
Es fácil enfadarse con personas tóxicas que pueden estar presentes en tu vida pero quizá ésta sea la oportunidad perfecta para considerar tus propios pensamientos y comportamientos como fuente de eso que estás atrayendo.
Esto explicaría por qué sigues atrayendo personas tóxicas a tu vida
Eres una persona complaciente
Quieres hacer todo por los demás, te cuesta trabajo decir que “no” y piensas que mostrarte siempre feliz y de acuerdo con todo atraerá a personas positivas. Sin embargo esto denota que te preocupa no tener ningún valor a menos que estés haciendo algo por alguien.
Si eres demasiado complaciente, las personas tóxicas llegarán a ti desde kilómetros de distancia para aprovecharse.
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Quieres reparar a todos
Si consideras que puedes solucionar los problemas de todos, es probable que a menudo no pongas límites, lo que puede causar estragos en tus relaciones. Las personas tóxicas te encuentran atractiva porque, al igual que con el complaciente, se aprovechan de tu buen carácter y tu deseo de ayudar.
Dudas de tu valor
Si constantemente miras por encima del hombro y te preguntas por qué otros tienen más que tú (más dinero, más amor, más éxito, lo que sea), probablemente sólo atraigas a personas que se aprovecharán de esos “puntos débiles” para drenarte.
Tienes el síndrome del impostor
Al igual que hacer comparaciones, sentirte un impostor o un fraude es signo de una baja autoestima. Haces todo lo que puedes para demostrar que eres lo suficientemente inteligente y buena pero en el fondo no dejas de sentir culpa y vergüenza por pensar que no mereces estar donde estás. A las personas tóxicas les encanta usar esa inseguridad para su propio beneficio.
Eres perfeccionista
Cuando te enorgulleces de ser perfeccionista, estás enviando el mensaje de que harás cualquier cosa para no decepcionar a otra persona. Las personas tóxicas se apresuran a manipularte para que hagas todo tipo de cosas en nombre de la perfección.