Keyla tiene 6 años y en las últimas semanas ha dormido al menos unas 8 veces en la cama con sus padres ¿La razón? Tiene pesadillas.
Es una de las situaciones más comunes en los niños que si son muy frecuentes se vuelven un problema al que hay que atacar a tiempo.
También puede ser una excusa para manipular o simplemente está sucediendo algo que está detonando la situación.
Lo que muchos no saben es que las pesadillas son más frecuentes en la infancia que en cualquier otra etapa de nuestra vida, especialmente en los niños mayores de 5 años.
Esta situación genera también un enorme estrés en algunos padres, que no saben cómo calmar a sus pequeños cuando experimentan estos malos sueños.
Identificar la causa, el primer paso
Son muchas las cosas que podemos hacer para evitarlas, pero para ello debemos conocer las principales causas.
Según los expertos, los malos sueños o pesadillas se deben a diferentes factores, algunos eventos o sucesos diarios pueden originarlo y los más comunes son:
- Un mal día en el colegio
- Un día en el que hemos gritado o reñido en exceso al niño
- Los celos por el nacimiento de un hermano
- Un cambio de domicilio o colegio
Según el portal Guía Infantil, las pesadillas son normales entre los 3 y 6 años (pueden aparecer antes y seguir hasta más allá de los 7 u 8 años), pero lo más ‘normal’ es que se den en esta franja de edad. Entre un 10 y un 50% de niños entre 3 y 6 años sufre pesadillas.
Cómo ayudar a los niños a dormir sin pesadillas
Estrategias diurnas contra las pesadillas:
- En primer lugar y durante el día debemos asegurarnos, o como mínimo intentar, que nuestros niños vivan tranquilos, lejos del estrés que nos acompaña a diario. Procuremos no sobrecargar su agenda diaria con actividades extraescolares y mirar de pasar un tiempo con ellos de forma relajada y sosegada.
- Animar a que dibujen y jueguen. El dibujo y el juego son medios de expresión mediante los cuales los niños elaboran y expresan sus fantasías y conflictos. Con el juego y el dibujo dan salida a una parte de sus emociones que de otro modo podrían dar lugar a malos sueños.
- Evitar que vean películas y escenas de miedo.
Estrategias nocturnas, pautas y rituales antes de dormir
- Por la noche, cuando se acuesten deben hacerlo sin miedo y para ello puede ayudar acompañar un rato al niño en su habitación mientras se relaja antes de conciliar el sueño.
- Es aconsejable permitir que duerman con sus peluches o muñecos preferidos, además podemos dejar una luz tenue, la puerta entreabierta, cosa que también les tranquiliza mucho y les ayuda a dormir.
- Aprovechemos la ocasión para contarles un cuento, cantarles, hablar sobre cosas agradables que han sucedido a lo largo del día y decirnos lo mucho que nos queremos. De este modo el niño se duerme sintiéndose protegido en un entorno seguro y de confianza, lo que reduce en gran medida la frecuencia de las pesadillas y la intensidad de las mismas.
- Cuando se despiertan tras una pesadilla, también les podemos ayudar a darles un final a las escenas de terror que han vivido en el sueño. Así que una solución a las pesadillas recurrentes es sentarse con nuestro hijo un momento y dar un final creíble, que acabe bien y que él también acepte.
Si esta situación se vuelve recurrente, lo recomendable es consultar con un con un profesional de la psicología infantil, ya que es probable que nuestro hijo esté respondiendo de este modo a un conflicto emocional importante.