El cáncer de mama sigue siendo una preocupación de salud pública de gran relevancia por el impacto devastador en la vida de quien lo padece y de las personas a su alrededor. De acuerdo con la World Cancer Research Fund International, las mujeres son quienes son más propensas a padecerlo, con una mayor incidencia de casos en países como Bélgica, Países Bajo, Luxemburgo, Francia y Dinamarca.
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Por su parte, el Observatorio Global de Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que el cáncer de mama es el más común entre las mujeres mexicanas, siendo el tipo de cáncer que más muertes causa en la población femenina en el país, según datos del INEGI.
Si bien la lucha contra esta enfermedad continúa siendo un desafío, los avances médicos han dado grandes resultados en la detección temprana, personalización de tratamientos para cada paciente y aumento considerable en las tasas de supervivencia.
“Desde el punto de vista de la detección, han aparecido aplicaciones de métodos diagnósticos, como la tomosíntesis y la resonancia magnética mamaria, que aumentan la capacidad de discriminación de anormalidades; logrando así una mejor detección y más oportuna”, señaló en <b>entrevista </b>con Nueva Mujer, <b>Juan Camilo Lozano Rodríguez, Gerente de Planeación Salud en AXA Keralty.</b>
“Con respecto al tratamiento, las investigaciones sobre la manifestación de receptores hormonales y el entendimiento de las mutaciones en algunos genes, han permitido crear estrategias novedosas de tratamiento y pronóstico; tales como la medicina de precisión o personalizada, el uso de medicamentos con mecanismos específicos para atacar las células tumorosas, o el uso del sistema inmune del cuerpo para atacar las células cancerosas”.
Asímismo, Lozano Rodríguez señaló que los avances en el campo de la radioterapia y la cirugía oncológica han dado lugar a procedimientos más precisos y conservadores, lo que significa que ahora es posible extirpar el tumor respetando al máximo el tejido sano, lo que permite respetar la mayor parte del seno.
El tratamiento del cáncer de mama es uno de los más costosos y según datos de AXA México, proporcionados por el Gerente de Planeación Salud en AXA Keralty, el costo medio del tratamiento para una asegurada con cáncer detectado en la primera etapa asciende a los 612 mil pesos, mientras que un cáncer que entra a tratamiento en etapa IV puede llegar a costar más de 3 millones de pesos.
Por lo anterior, la prevención temprana y la detección oportuna son fundamentales y para ello se requiere que constantemente existan campañas de concientización y educación que ayuden a reducir el estigma y promover la participación activa en la propia salud.
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“Los avances en los métodos diagnósticos permiten disminuir procedimientos innecesarios y estrés emocional, mientras que los avances en los tratamientos ayudan a disminuir los efectos secundarios”, señaló Lozano Rodríguez y agregó que la implementación de un enfoque interdisciplinario de apoyo nos permite atender los aspectos físicos así como los emocionales, psicológicos, familiares y sociales, reduciendo significativamente el impacto en la calidad de vida de las pacientes.
Respecto a cómo elegir un plan de tratamiento, el especialista de AXA Keralty reiteró que la detección oportuna no solo reduce el costo económico del tratamiento sino que mejora la expectativa de vida del paciente. “Por ello, es recomendable adoptar un modelo de prevención en salud que permita llevar un monitoreo adecuado y reducir las probabilidades de padecer enfermedades graves”, señaló.
“El modelo de atención primaria de AXA Keralty, brinda un cuidado integral preventivo en el que la paciente o familia pueden tener acceso a consultas y estudios de especialidad para llevar seguimiento del estado físico y mental, así como ayudar a adoptar un estilo de vida saludable y detectar a tiempo riesgos de salud”.
Recomendaciones de Juan Camilo Lozano Rodríguez
- Las mujeres deben realizarse un autoexamen de mama para detectar tempranamente masas o alertar a tiempo cualquier anomalía
- Las mujeres de 40 años o más deben realizarse una mastografía cada dos años. En ambos casos se requiere siempre una evaluación de los resultados junto a un experto médico.
- Acudir a un especialista en caso de un diagnóstico positivo para tomar acción y llevar a cabo un tratamiento que contemple su salud mental, emocional y física.
