Todas hemos cometido el error alguna vez de idealizar a la pareja, algo que es sumamente tóxico para nuestra salud mental y emocional pues nos condena a la decepción y a la tristeza.
Está bien tener estándares altos y saber qué es lo que nos merecemos, pero muchas veces nuestras altas expectativas nos juegan en contra porque le ponemos más presión al vínculo y nos terminamos autosaboteando, en vez de permitirnos disfrutar en libertad de ese amor.
Consejos para dejar de idealizar a tu pareja y evitar las decepciones
Recuerda que es un humano
Sí, sabemos que es extraño traer esto a colación pero es la pura verdad: tu pareja, al igual que tú, es un humano que tiene defectos, comete errores, padece olvidos, lo atacan los miedos, las inseguridades, las heridas del pasado...
No queremos decir con esto que te conformes, o él no pueda mejorar, pero deja de endiosarlo y acepta que no es perfecto.
Trabaja tus carencias
Cuando idealizamos, estamos intentando cubrir nuestras propias necesidades, proyectando en él aquello que nos falta. Carecemos de ciertas cosas, lo necesitamos y lo proyectamos en la pareja, así que cuando no nos da eso, nos frustra.
Recuerda siempre alimentar tu amor propio.
La perfección no existe
Es normal que tu relación no sea perfecta como las películas o los influencers con los que te comparas en las redes sociales. Está bien querer tener un noviazgo o matrimonio feliz y sano, pero no te pongas varas inalcanzables.
Habla de tu experiencia
Para no ponerte más presión a ti y a tu pareja, te puede hacer bien hablar con tus amigas al respecto.
Notarás cómo ellas también tienen problemas en su relación, sus parejas no son perfectas y trabajan, con paciencia y reciprocidad, construir un romance duradero. Esta dosis de realidad, te ayudará a poner en contexto que vas por buen camino o que no estás sola.
Revisa tus creencias
Por último, es probable que debas revisar tus creencias respecto al amor y transformarlas hacia una versión más realista para evitar frustraciones. Recuerda que nadie más, sin importar cuanto nos ame, es responsable de nuestra propia felicidad. No necesitas nadie que te complete o te alivie.