La paternidad es un desafío que no viene con un manual de instrucciones, por lo que es normal que los padres comentan muchos errores mientras intentan disciplinar a sus hijos a lo largo de sus vidas.
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Sin embargo, corregirlos no es tan difícil una vez que se adquiere consciencia al respecto y puede marcar un gran cambio tanto en la experiencia de ser papás como en la relación con los retoños.
Errores comunes al disciplinar a los hijos y cómo arreglarlos
Por eso, a continuación, recopilamos tres de las equivocaciones más comunes cometidas por los padres en la disciplina de sus hijos y cómo repararlos fácilmente, según a expertos a Parents.
Decir “no” todo el tiempo
Muchos padres creen que diciéndoles a sus hijos que no hagan esto y no hagan aquello es suficiente para que obedezcan. No obstante, decir “no” todo el tiempo hace que la negativa pierda impacto.
“Los padres dicen ‘no’ con tanta frecuencia que los niños se vuelven sordos y la palabra pierde su poder”, aseguró el doctor Michele Borba a la revista antes citada.
De igual forma, la experta Linda Sonna apuntó que constantemente les estamos diciendo a los niños que no hagan algo, pero “sin hacerles saber lo que deberían hacer”.
¿La solución? Dejar el “no” para situaciones realmente graves y dedicarse en decirles cómo nos gustaría que se comportaran. Cuando lo hagan, felicitarlos para reforzar el buen comportamiento.
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Esperar que sepan cómo comportarse
Algunos padres se mortifican porque sus hijos corren o gritan en sitios públicos, pero se olvidan que los niños pequeños aún no saben controlar sus impulsos ni han aprendido las normas sociales.
¿La solución? En primer lugar, recordar que no lo hacen por molestar, sino porque no saben cómo comportarse. Por ende, no es justo ni efectivo ser bruscos. Lo que se debe hacer es emular a un maestro.
Explicarle a su hijo cómo quiere que se comporte y señalarle cómo se portan los demás porque ellos son imitadores. También ayuda modelar lo que esperamos. Eso sí, hará falta tiempo y repetición.
No enseñar desde el ejemplo
Muchos papás estallan con otros cuando se molestan o les respondes con groserías, pero luego se enfadan cuando sus hijos actúan de la misma forma en circunstancias similares y los regañan.
La autora Devra Renner expuso a Parents que el comportamiento de los padres tiene un “efecto bumerán” con sus pequeños, por lo que, si ellos gritan, los niños posiblemente también lo hagan.
Sin embargo, comportarse de manera ejemplar todo el tiempo es imposible. ¿La solución? Disculparse cuando cometa un error y modele una reacción más apropiada para que sus hijos vean.
Las disculpan prueban que nos responsabilizamos de las acciones. Además, genera la ocasión para conversar sobre por qué reaccionó mal y aportar formas positivas de responder a la frustración.