Si tu pareja constantemente te compara con su madre, es natural que te sientas incómoda al respecto, pero también que te preguntes la razón detrás de este comportamiento y si es normal.
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Aunque sea difícil de creer, no es nada infrecuente que algunos hombres cotejen las acciones de su otra mitrad con las de su progenitora. De hecho, un ejemplo conocido es el del príncipe Harry.
El hijo de Lady Di ha demostrado su devoción hacia su esposa, Meghan Markle, comparándola con su fallecida madre en incontables ocasiones y no es el único. Por supuesto, hay una respuesta a esto.
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¿Por qué un hombre compara a su pareja con su madre?
La psicoterapeuta Caroline Plumer aseguró al diario británico Metro que este comportamiento está estrechamente vinculado con los estilos de apego de quienes hacen la comparación.
“Nuestras relaciones con nuestros padres y cuidadores y sus relaciones entre sí (por ejemplo, nuestra madre y nuestro padre) actúan como modelo para nuestro estilo de apego y nuestras relaciones románticas en la edad adulta”, explicó al medio.
“Para muchos hombres, su primer vínculo femenino es con su madre. Ella suele ser también el primer ejemplo que ven de lo que es ser esposa/pareja”, agregó.
Por supuesto, el hecho de que un hombre compare a su pareja con su mamá puede dañar mucho la relación e instaurar una dinámica insana donde ella tiene más cargas y él es atendido.
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“Comparar a tu pareja con alguien puede ser, en el mejor de los casos, inútil, y en el peor, destructivo e hiriente”, destacó. “De niños, nuestras madres tienden a dedicar mucho tiempo y energía a satisfacer nuestros deseos y regular nuestras emociones”.
“Como adultos, deberíamos ser capaces de identificar, expresar y, en muchos casos, atender nuestras propias necesidades y gestionar nuestras propias emociones”, apuntó.
Asimismo, aseveró que “esperar que otra persona nos preste el tipo de atención y cuidados que nuestros padres están dispuestos a darnos no es sano ni realista”.
“Lo ideal sería que las relaciones adultas consistieran en personas independientes que eligen estar juntas (en lugar de necesitarlo) y se apoyan y animan mutuamente tanto en las tareas compartidas como en las separadas”, añadió.
Plumer también advirtió de los riesgos de caer en la necesidad de complacer a al novio o esposo en este sentido. “En cuanto convertimos a nuestra pareja en el centro de nuestro mundo, como hacen los padres con sus hijos, empezamos a ceder parte de nuestra propia identidad para servirla.
“En el mejor de los casos, esto no es algo que la pareja quiera o necesite que hagamos. En el peor de los casos, la pareja puede quedarse en una dinámica padre-hijo que no satisface a ninguna de las partes”, señaló.
“Puede hacer que nuestra pareja sienta que tiene que ser emocional e incluso prácticamente responsable de nosotros”, dijo. “Además de ser injusto para el que hace de adulto y poco saludable para el que hace de niño, también puede tener un gran impacto en nuestras relaciones íntimas”.
Finalmente, Plumer destacó que “no hay nada malo en querer una pareja que tenga las cualidades que más admiras en los demás”. No obstante, probablemente “sea mejor evitar expresar tus sentimientos con esta comparación en particular”.
Por último, hay que recordar que la comunicación es clave en una relación así que, si las comparaciones son un problema, comparte con tu pareja cómo te sientes para solucionarlo.
