Como seres humanos se está acostumbrado a la crítica de otras personas, incluso, es un hecho inevitable y que dependiendo de cómo se formule puede ayudarte a continuar en el camino o hundirte. Fortalece o daña, pero es cierto que el peor crítico está dentro de cada uno, al punto de que se puede caer en el autosabotaje partiendo del propio juicio.
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Criticar lo que se hace es importante porque ayuda a mejorar mucho, evita repetir errores, pero todo esto se vuelve un gran monstruo cuando no se sabe gestionar adecuadamente y la exigencia traspasa los límites y pasas de ser tu mejor amiga a convertirte en tu peor enemiga. Hoy te daremos cuatro claves para que los señalamientos propios no te destruyan.
1. Incentiva la conversación positiva contigo
Debes centrarte en todas tus cualidades y mayores virtudes. Mírate todos los días en el espero, reconoce qué es lo que te hace diferente (positivamente) de los demás, cuáles son tus potencialidades, que cosas buenas estás haciendo para alcanzar las metas, cuáles han sido tus logros, qué es lo que te fortalece.
No se trata de que olvides las malas experiencias, sino que te enfoques en tus fortalezas. Como dijo Irina Popa-Erwin, fundadora de la empresa de servicios The NYC Life Coach: “Es difícil olvidar lo que nos duele, pero olvidamos fácilmente lo que nos hace felices”.
2. Perdónate por ser tan agresiva contigo
Tienes que hacer las paces contigo, perdonarte por todas esas veces que te sobre exigiste, forzaste tanto tus límites que destruiste muchas cosas dentro de ti, que te olvidaste ponerte de primera, que te subestimaste. Es trascendental que elimines todo lo tóxico de tu vida.
Una vez que consigas esa paz vas a comenzar a tratarte de mejor manera y comprenderás que pedirte más de lo que puedes dar, ya sea para quedar bien con los demás o por no defraudarte, no te hará una mejor mujer.
3. Abraza tus defectos
En esa onda de autoexploración espiritual no debe faltar la aceptación de tus defectos, abrazarlos hará la diferencia, porque sabrás de lo que eres capaz, cuáles son tus fallas y qué las ocasiona. Todo esto pero sin desvalorizarte ni mucho menos castigarte, sino afrontando con gallardía los demonios que tienes y vencer el miedo que les tienes.
4. Responde y frena la crítica destructiva
Es necesario que cuando sientas que te estás exigiendo más de la cuenta, que estas siendo tu propia enemiga aprendas a responder de buena manera, y hacerle frente a esos pensamientos en una gran opción: “Cállate”, “¡No más, déjame en paz” y otras frases te servirán para ponerte un alto a los mismos comentarios injustos que te haces de ti en pleno momento de crisis.
