La alegría es contagiosa y qué mejor forma de esparcirla por el mundo que estableciendo un día especialmente para ella. El Día Mundial de la Alegría se celebra este 1 de agosto y se trata de recordar por qué ser feliz es la clave para una vida sana tanto física como emocional y espiritualmente.
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El ensayista Ralph Waldo Emerson dijo una vez: “Por cada minuto que estás enojado, pierdes sesenta segundos de felicidad” así que es momento de darte un respiro del ajetreo del día y poner a trabajar esa sonrisa.
Quizá las complicaciones del mundo actual, el ritmo tan acelerado al que vivimos y las constantes presiones en nuestro entorno hacen que sea difícil encontrar esa chispa de alegría sin embargo, siempre podemos recordar aquello que nos hace sonreír y lo que nos motiva a seguir a delante.
La alegría trae grandes beneficios a nuestra vida
La alegría se define como un estado de gran felicidad y placer. Los estudios muestran que las personas alegres tienen menos posibilidades de sufrir un ataque cardíaco, mantienen una presión arterial más saludable y tienden a tener niveles de colesterol más bajos. Hay investigaciones que demuestran que la alegría estimula el sistema inmunológico, combate el estrés y el dolor y mejora nuestras posibilidades de vivir una vida más larga.
La alegría nos hace resistentes. Uno de los hallazgos más sorprendentes es que la alegría y la resiliencia van de la mano, lo que las hace clave para sobrevivir al mundo actual. Las personas más alegres son resilientes y las personas más resilientes son alegres. La base de esta conclusión está en estudios realizados por la psicóloga social especializada en investigaciones en emociones y psicología positiva, Barbara Fredrickson.
Ella descubrió que las emociones positivas amplían nuestra mentalidad y luego desarrollan nuestras habilidades. Más investigaciones actuales han revelado que las emociones positivas (como la alegría) también nos ayudan a recuperarnos de las experiencias negativas. Cuando las emociones positivas amplían nuestra mentalidad, llevan a las personas a buscar mecanismos de afrontamiento más efectivos para las experiencias negativas.
La felicidad estimula tu sistema inmunológico. Estudio tras estudio han demostrado que las personas más felices disfrutan de una mejor salud física a lo largo de su vida. Éstas pasan menos tiempo en salas de emergencia y hospitales, toman medicamentos con menos frecuencia, tienen menos ausencias laborales relacionadas con la salud y es menos probable que llamen a sus médicos.
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La alegría promueve un estilo de vida más saludable, según expertos. No es sólo que las personas felices tengan más probabilidades de disfrutar de una mejor salud física; la felicidad también conduce a opciones de estilo de vida más saludables.
Las personas felices son más propensas a hacer ejercicio regularmente, comer una dieta saludable y dormir lo suficiente. También es menos probable que fumen o abusen de las drogas o de hábitos dañinos en su día a día.
