Después del caso de Shakira y Piqué, así como el del príncipe William con Kate Middleton, es difícil creer en el amor a largo plazo por los rumores de infidelidad que rodearon a las dos relaciones de pareja luego de un buen rato juntos.
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En el primero de los casos, esto parece estar más que confirmado con todo el escándalo mediático que se ha armado y las reveladoras canciones de la colombiana.
Pero en la realeza, las cosas se manejan con mayor discreción y hasta ahora han priorizado la imagen de familia perfecta. Detrás de las puertas del palacio, afirman que él está desde 2019 con una mujer llamada Rose Hanbury, la cual fue amiga y vecina de los actuales príncipes de Gales.
De hecho, ese mismo año circularon unas postales del hijo mayor de la princesa Diana muy cariñoso con la mujer, las cuales fueron captadas por unos paparazzi y en los que se da a ver el movimiento nocturo del futuro rey.
Mientras, su esposa se encontraba embarazada del tercer hijo del matrimonio, Louis, tras haber traído al mundo a George y Charlotte.
Esto nos lleva a reflexionar sobre la importancia de tener a nuestro lado a alguien que nunca nos dé por sentado y que pese al paso de los años, siga esforzándose por conquistarnos, avivar el romance y mantenerse feliz sin tener que buscar a alguien más.
La realidad es que el amor se cultiva día a día y la infidelidad es una elección. Cuando vamos cayendo en la monotonía y no tomamos cartas en el asunto, la salida fácil puede ser refugiarse en otros brazos, en vez de seguir remando con paciencia y creatividad.
A fin de cuentas, nuestra historia de amor merece respeto y no debería ser moneda de cambio por horas de adrenalina, emoción o aventura.