Muchas veces sufrimos porque un amor se nos va, sin embargo, cuando este es tóxico, tienen que ser más los motivos para agradecer que para llorar.
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Y es normal que duela. Nos estamos separando de una persona que quisimos, de una rutina y hasta de un ideal de vida. Eso sí, el enfoque tiene que centrarse más en lo que estamos ganando que en lo que perdimos.
En especial, si se trató de una relación que muchas veces fue motivo de sufrimiento, humillaciones, dolor y frustraciones. Debemos ser claras en reconocer que un amor no debe doler, y si duele, no es amor.
El verdadero amor da paz, reconocimiento, éxitos y oportunidades de crecimiento personal, por eso, no es mentira aquello de que mejor es estar solas que mal acompañadas.
Al separarnos de estos entornos negativos, es cuando florece el amor propio y con él, viene la verdadera felicidad y la obtención de sueños porque ya no hay nadie que apague tu luz.
Eso lo hemos visto incluso con famosas. La propia Shakira, aún en medio de su dolor por la traición de su ex, Gerard Piqué, ha logrado importantes récords con sus nuevas canciones y hasta Récord Guiness, al igual que Karol G.
O la propia Carmen Villalobos, que tras separarse de Sebastián Caicedo se le ve más sonriente que nunca con su nuevo amor, Frederik Oldenburg. Se ha abierto a nuevos proyectos en la televisión y el modelaje y se encuentra en una de sus mejores etapas.
Igualmente, Geraldine Bazán, que luego de la infidelidad de Gabriel Soto, ha dado ejemplo de ser una madre soltera valiente y fuerte, así como una profesional impecable, que se cotizó como una de las mejores actrices mexicanas. Decir adiós a algo, es abrirle las puertas a otras bendiciones.