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¿Cómo sanar un trauma de violencia de género y abuso? Esto revela una canalizadora del Método Amaranta

El abuso tiene una raíz que debe ser entendida.

El abuso es un tema que debe ser entendido desde la raíz. Una de las energías más prósperas y más escondidas que sostienen la promiscuidad y la exacerbación sexual. Y es que el abuso, es decir, la energía creada a partir de que un ser humano se imponga sobre otro, está en todas las familias, en todas las personas encarnadas y en todos los tiempos.

Puede ser verbal, sexual, de poder, físico, pero también médico, de magia, cultural, racial, etc. Es decir, en la sociedad en la que vivimos y desde hace muchos siglos en la Tierra, el poder imponerse a otros, por tener más, por ser mayor, por ser hombre, etc. forma parte de la manera de cubrir las carencias emocionales y la falta de confianza del ser humano.

El tener poder sobre otros y abusar de ello está tan enraizado en los modelos de comportamiento, que sin querer lo llevamos todos, en la sangre, en el verbo y en las acciones cotidianas.

El abuso energéticamente tiene un fuerte paradigma

El victimismo:

Para poder liberarnos del abuso, lo primero que hay que entender es que no puede existir abuso sin victimismo. Por lo tanto, si una persona se siente víctima del abuso, lo primero es plantarle cara y decir: Yo soy libre de ser víctima. Es un cambio energético interno. No se trata de enfrentarse al abusador siendo igualmente agresivo, sino de dejar de tener miedo. En este texto, voy a incluir a los dos géneros, puesto que aunque el victimismo se suele dar en los sujetos más débiles físicamente, es decir mujeres, también quiero incluir a las niñas y niños, igualmente débiles y víctimas de otros más fuertes que ellos.

Cuando una/o deja de ser víctima, entonces no importa en qué situación se encuentre. La tensión energética que sostiene el abuso se libera. Puesto que no puede existir un abusador sin una víctima. Son complementarios y se necesitan para subsistir. Cuando el abuso se da en modo subdolo, entonces hablamos de sometimiento, que es incluso peor, puesto que la víctima del abuso no quiere ser abusada, viene obligada a la fuerza, mientras que en el sometimiento, la víctima acepta serlo y ni siquiera se queja.

Es lo que ocurre en nuestra sociedad con la mayor parte de situaciones, donde una/o se ve obligado a tragar sin quejarse, cualquier tipo de vejación, a cambio de un trabajo, o de lo que sea. Nos sometemos a lo que dice el Estado, los jefes, los médicos, etc. y luego sometemos a los que están por debajo, es decir la mujer, los hijos, los animales, el planeta…

Un karma infinito de abuso, ¿cómo frenarlo?

El único modo de pararlo es cambiar de paradigma: Yo soy libre de abuso y de sometimiento para siempre y en todas las áreas de mi vida. Yo soy un ser libre y me proclamo soberana/o de mi vida y de mis asuntos. Salir del abuso, no es un asunto solamente sexual. Es una actitud, un cambio de vida. Salir del abuso es salir del miedo, es el primer paso para amarse a una/o misma/o. Recuerda, si no hay víctima, no puede haber verdugo.

El segundo paso: la compasión. Todo abusador fue abusado. La cadena es eterna y no se libra nadie. Hay que perdonar, porque no nos queda más remedio, porque sólo perdonando liberamos ese rencor eterno que solo crea más abuso. No perdonas por el otro, perdona por ti. Porque así no le otorgas tu poder. Porque sólo perdonando al verdugo y perdonándote por haber sido víctima, liberas el karma de abuso, en todos los tiempos y espacios. Y porque seguramente tú fuiste el verdugo de tu verdugo y sólo perdonándote lo liberas, porque no quieres seguir encontrándote con el mismo verdugo y seguir siendo víctima en otras vidas.

No te apegues a tu rol de víctima: perdona, perdónate y libera, sólo así serás realmente libre. El abuso sexual. La red de araña de todas las familias. No existe un árbol genealógico sin abuso sexual. En mayor o menor medida, con mayores o menores consecuencias, el abuso sexual se da en la mayor parte de las familias y en la mayor parte de las/os niñas/os.

Así actúan los abusadores y abusados

En años como terapeuta he descubierto que los casos de abuso sexual se dan de una manera más general de lo que quisiéramos y que basta para levantar un caso, para que todos los demás se manifiesten.

Las y los niños que fueron abusados por un mayor, tienden a suprimir el sexo o a exacerbarlo, en ambos casos es una postura en desequilibrio que suele dar lugar a nuevos abusos o víctimas de los mismos.

Los distintos casos:

  • El adulto que abusa pero fue abusado de niño/a suele buscar otros niños con quien jugar como jugaron con él/ella, colocándose en una posición de inconsciencia.
  • El adulto que tiene el sexo bloqueado completamente y no siente ningún placer, suele buscar/encontrar abusadores que le obligan a tener relaciones sexuales forzadas.
  • La/el niño activa la sexualidad en muy temprana edad, lo que provoca un exceso del deseo sexual, no pudiendo negarse al sexo aunque no desee a la otra persona. El sexo se convierte en una necesidad y sufre mucho por no poder controlarla. Esto suele provocar promiscuidad y carencia emocional. A veces las/os niños activos sexualmente abusan a otros más pequeños en sus casas o entre familiares o amigos. Mismo caso que el anterior.

En cualquiera de los casos, el abuso se suele perdonar u olvidar, no dando importancia a esos actos que sucedieron en la infancia, donde tocar los órganos sexuales, caricias o besos, con energía sexual se confunden con afecto. Sin hablar de los casos donde existe una manifestación sexual concreta.

El trauma sexual viene desde la infancia

El trauma sexual no suele venir de la edad adulta, suele venir de la infancia. Es un trauma que se sana desde la/el niño interior y que requiere mucho amor a una/o mismo y ganas de levantar los velos y de llamar a las cosas por su nombre. La/el niño abusado se somete al abusador y se convierte en un ser sometido que ha perdido su poder.

  • Recupera tu poder. Pide que vuelva a ti. Todos los fragmentos de poder que perdiste cuando le otorgaste el poder a otros.
  • Sana tus heridas. Llénalas de amor, de perdón y de paciencia. Solo dentro de ti puedes sanarlas, con amor de ti hacia ti.
  • Equilibra tu fuego sexual. El sexo no es malo ni bueno. No lo demonices ni lo necesites. Conéctalo al amor, al crecimiento en la pareja, a la unión sagrada. Conéctalo a la Tierra, tu energía kundalini, tu poder y tu fuerza, libera el trauma.
  • Perdona y libera. Para que se rompa la cadena…

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