¿Recién rompiste una relación nociva con un patán y ahora te encuentras saliendo con otro que se comporta igual de celoso, controlador y abusivo tal como parecen ser todos en los que te fijas?
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Lo peor es que ya sabes cómo va a acabar esta historia, pero en vez de huir lo más rápido, seguirán saliendo. Es más, lo más probable, es que seas precisamente tú quien proponga la segunda cita.
No eres la única. Todos los días, en todo el mundo, muchas personas se ennovian e incluso llegan al altar con parejas incompatibles y parecidas a otras con las que ya han salido y fracasado.
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Pero, ¿por qué ocurren estas cosas? ¿Por qué salimos siempre el mismo tipo de pareja, aunque la experiencia nos dice que saldrá mal? ¿Por qué tropezamos con la misma piedra una y otra vez?
No es como si adrede eligieras a patanes como pareja. Tampoco se trata de que tengas mala suerte o el karma te esté castigando. Lo que ocurre es que estás repitiendo un patrón inconsciente.
El fenómeno de relacionarte con el mismo tipo de personas pese a las desilusiones, de acuerdo a un artículo de El País, se llama dating déjà vu, del inglés dating (salir románticamente) y el francés déjà vu (ya visto).
Se explica porque el ser humano se siente atraído por aquello conocido. Aun cuando, en el fondo, sabe perfectamente que la alternativa que conoce no es la mejor que hay.
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¿Por qué algunas mujeres salen con patanes?
De acuerdo a un estudio de la Universidad de Toronto elaborado con más de 300 participantes, citado por el medio español, el ser humano tiene una tendencia a enamorarse del mismo tipo de individuos una y otra vez.
Los autores de la investigación llegaron a lo conclusión de que, si atravesamos los mismos conflictos en todas nuestras relaciones, sean largas o fugaces, probablemente sea porque inconsciente e incesantemente preferimos parejas con rasgos de personalidad idénticos.
Asimismo, también acostumbramos a buscar personas con rasgos de los que carecemos para aliviar vacíos emocionales o rasgos de personalidad tóxicos a los que estuvimos expuestos en la infancia.
Debido a que todo esto ocurre de manera no consciente, escapar del patrón no es nada fácil. De hecho, en muchas ocasiones, amerita la ayuda de un psicoterapeuta.
“En general, las personas tenemos ciertas preferencias y gustos y siempre buscamos eso en el otro”, señaló la psicóloga Gabriela Paoli al periódico antes mencionado.
“Muchas veces nos sentimos inseguros frente a lo desconocido y nos da miedo romper el patrón para conocer personas con otras características, otras nacionalidades, otras costumbres...”, agregó.
“Nos resistimos a salir de nuestra zona de confort y nos perdemos conocer a alguien distinto”, explicó la autora del libro Salud digital.
¿Salir de la zona de confort, un paso hacia la felicidad?
Por ejemplo, en las aplicaciones como Tinder, podríamos interactuar con muchas personas diferentes, pero finalmente saldremos con el arquetipo que siempre buscamos aunque no seamos conscientes.
De acuerdo a la experta, las apps de citas “están diseñadas para mostrarte un prototipo de persona, el que tú buscas. Pero esto, que no es algo malo, sin embargo, podría llevarte a cometer errores”.
“Ahora imagina, por ejemplo, conocer a alguien que es deportista. Si tú nunca has practicado ningún deporte, tal vez este encuentro te ayudaría a plantearte un cambio de hábitos y hacer algo diferente”, destacó. “Esto puede ocurrir en muchos ámbitos”.
“Por eso es muy importante desarrollar esa capacidad de flexibilidad y adaptación con los demás, teniendo en cuenta que las personas diferentes nos pueden aportar cosas positivas. Salir de esa zona de confort significa arriesgarnos y tener confianza en uno mismo”, recalcó.
No obstante, Paoli enfatizó que nunca debemos sacrificar los valores que queremos en una pareja. “Hay determinados principios que son fundamentales y si no están en la base es muy poco probable que la relación avance y se consolide. Esos no los deberíamos cambiar”, indicó.
¡Corta con el dating déjà vu!
Entonces, ¿cómo hacemos para salir de este embrujo del dating déjà vu? En primer lugar, debemos ser sinceras con nosotras y esto representa reconocer aspectos que no nos agradan.
Lo segundo es no empeñarse con el mismo tipo de individuos, por muy arduo que sea. En serio, ¿cuántas veces dejaste ir un buen partido por aferrarte a algo que sabes que terminará mal?
Por último, recordemos que somos dignas de un amor sano.
“Hay que sentir que somos merecedores de una buena relación amorosa y que puede llegar el amor a nuestra vida sin importar que dejemos atrás eso que tanto deseamos pero que, inevitablemente nos hará daño”, concluyó Paoli.
En conclusión, no es que algunas mujeres elijan salir con patanes o sean un “imán” para este tipo de hombres. En realidad, están atrapadas en un patrón de relaciones inconsciente del cual es difícil salir.
Seguir los consejos de la experta para romper el bucle es un buen inicio o buscar ayuda de un profesional. Mereces ser feliz y tener una relación en donde puedas ser tú y te sientas valorada.
En cuanto a las personas en el exterior, es momento de dejar de juzgar a las mujeres que entran en este tipo de relaciones porque es mucho más complicado que una elección lo que las lleva a estas.
Sin olvidar que los patanes suelen presentarse como las personas más encantadoras del mundo hasta que comienzan a revelar su naturaleza abusiva y manipuladora. Nadie está realmente exento.
Así que tengamos un poco más de empatía; no abandonen a aquellas personas que están en una relación con un patán –es precisamente lo que ellos quieren– y cultivemos el amor propio.