Si hablamos de estadísticas el cáncer de mama, a nivel mundial es una de las principales causas de muerte. Pero si tocamos esa sensible palabra “cáncer” sin acompañamiento, de manera abrumadora y con un diagnóstico repentino podría afectar las partes más sensibles de nuestro ser e incluso podría debilitar nuestra alma, nuestros pensamientos, nuestra psiquis.
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“Cáncer” esa palabra podría desencadenar un sinnúmero de angustias, sin embargo, hoy te quiero decir que existen especialistas dispuestos a brindarte herramientas de contención, no estas sola, este proceso es un equilibrio entre tu bienestar físico y mental. Para nuestra especialista Yolanda Gutiérrez este proceso es una montaña rusa de emociones que deben ser correctamente acompañado y validado. Nos ayuda con algunas pautas para enfrentar este proceso de una manera consciente, y te recuerda que este proceso no es lineal. “Tú mente y cuerpo merecen un acompañamiento digno y valioso”.
Acompañamiento valioso. ¿Por qué es importante el proceso psicológico o terapéutico ?
Un diagnóstico así también puede desencadenar una fuerte depresión, la misma que puede nublarte de pensamientos y por ende influir en tu proceso. El acompañamiento psicológico y terapéutico es fundamental, sin embargo, la decisión siempre recaerá sobre la persona, no puedo dejar de lado el acompañamiento familiar porque también es parte del proceso y da un gran impulso en este camino.
Una de las consecuencias que empiezan a ser visibles en el momento que no contamos con acompañamiento, esos miedos pueden verse plasmados en malas decisiones; pueden comenzar a comer mal. Por ejemplo, pueden empezar a comer en menor cantidad y a seleccionar alimentos con bajo nivel nutricional (chocolates, snacks, etc..). También pueden dejar de hacer ejercicio y pueden incluso tener problemas para dormir, así como distanciarse de familiares y amigos. Al mismo tiempo, algunas mujeres también podrían recurrir al alcohol, al tabaco, a la cafeína y a otras drogas en un intento por calmarse.
¿Qué es normal sentir?
- Ante el diagnóstico: confusión, angustia, evitación y sorprendente calma, tristeza sensación de que no es real, enfado.
- Ante el tratamiento: ansiedad, dudas, indecisión, preocupación, apatía relacionada con el estado físico.
- Al finalizar el tratamiento: desánimo, ansiedad, inseguridad por lo que vendrá en el futuro e incluso por pensar que la enfermedad podría regresar.
¿Qué puede ayudar durante el proceso médico?
- Identificar mis emociones, darme permiso para sentirlas y tratar de entender qué me están trasmitiendo.
- Darme permiso para comunicar mis emociones o pensamientos a quien yo elija y en el momento que yo elija.
- Centrarme en el aquí y ahora, en la etapa en la que me encuentro y el objetivo inmediato.
- Continuar con los proyectos vitales y actividades gratificantes en la medida que mi estado físico lo permita.
- Participar de manera activa en el proceso médico, pedir el tipo de ayuda que necesito a mis familiares, pedir a mi especialista la información que me interesa, implicarme en la toma de decisiones dentro de mi familia y entorno.
¿Cuándo puedo pedir ayuda de un especialista?
Cuando la intensidad, frecuencia y duración de los episodios emocionales son excesivos y no consigo aliviarlos; por ejemplo, si lloro y después me siento aliviada, es que me está haciendo bien llorar; pero si lloro durante horas, no consigo que se me pase y no me alivio, ahí estoy teniendo una dificultad en gestionarlo. O con el enojo, si estoy irritable, es normal, cada uno necesita su espacio y si me ayuda a reflexionar y luego retomar la relación con los demás, me está sirviendo; pero al contrario, si esto me genera conflictos en mi entorno y cada vez estoy más irritable, puede ser una alarma de que ya no puedo gestionar por mi misma esas emociones.
Si bien los pensamientos negativos van y vienen en nuestra mente los especialistas están enfocados en ayudarte a gestionar tu cuerpo-mente para un beneficio propio y armonioso para mejorar tu salud mental.