Es más frecuente de lo que parece confundir el amor con actitudes controladoras que deberían ser señales de alerta para nosotras en una relación. Por ejemplo: “ay, me ama tanto que siempre me pregunta dónde estoy”, “no me deja sola ni para ver a mis amigos” o “quiere que deje de trabajar para velar por mis necesidades”.
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Aunque queramos quedarnos en la fantasía que esa relación, aparentemente perfecta, nos pueda inyectar, la verdad es que existe una delgada línea entre lo que es romántico de aquello que no podemos permitir.
Si es así, con el paso del tiempo estaremos cada vez más inmersos en una relación tóxica en la que no tenemos voz y voto, con intenciones más dañinas, que cariñosas, y en la que podemos perdernos a nosotras mismas.
Señales que diferencian el amor del control en una pareja
Hace bromas sobre ti
Se ríe sobre tu forma de vestir, se burla de tu físico, te compara con otras y hasta te culpa si te lo tomas mal. Esto es muy clásico de una persona que busca dañar tu amor propio para luego ejercer más control sobre ti.
Es una manera sutil de normalizar el abuso verbal y psicológico en una relación y si le señalas que esto debe cambiar, incluso puede llegar a intimidarte con gritos. Está bien reírse en pareja, pero no que tu autoestima pague el precio.
Te cela
A veces creemos que los celos son positivos porque le ponen “picante” al romance, pero detrás de estas conductas ‘inocentes’ se esconde la posesividad.
De hecho, el siguiente paso será controlar cómo te vistes, con quién te relacionas, te acusará de engaño y vigilará tus salidas.
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No te deja tomar decisiones
Es normal que le preguntemos a nuestro novio o esposo cuando tenemos dudas sobre alguna decisión, pero cuando hay control, este mantendrá una actitud paternalista como si fueses de su propiedad.
Saboteará la decisión que consideres correcta, si él no está de acuerdo, y te impulsará a que hagas solo lo que él quiere. Te domina como si fueses inferior, creando las reglas de la relación de manera unívoca.