En los últimos años, estudios realizados por médicos y nutricionistas recomiendan la incorporación de frutos secos en la alimentación.
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Aseguran que por ser ricos en ácidos grasos insaturados, reducen en un 30 % la incidencia de complicaciones cardiovasculares.
Asimismo, contienen fibra, vitamina E, folatos y minerales como el calcio, el potasio y el magnesio que fortalecen huesos y músculos y, además, regulan el tránsito intestinal.
Los frutos secos son llamados así porque todos tienen una característica en común: en su composición natural (sin manipulación humana) tienen menos de un 50 % de agua.
Entre ellos están, las almendras, nueces, avellanas, piñones, pistachos, castañas, cacahuate, anacardo, semillas de girasol (pipas), semillas de sésamo, y las semillas de calabaza.
Para consumirlos y que sean verdaderamente saludables para el organismo, los frutos secos deben ser consumidos crudos o tostados al horno, no llevar sal y no estar bañados en miel, azúcar, chocolate o caramelo.
Beneficios de los frutos secos
Estos son siete beneficios que aporta incorporar en nuestra alimentación los frutos secos, sobre todo en momentos de picoteo para no consumir azucares, harinas o carbohidratos:
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Son saciantes
Su alto contenido en fibra ayuda a combatir el estreñimiento y favorecen la proliferación de bacterias saludables necesarias para una flora intestinal equilibrada y saludable.
Los especialistas en nutrición los incluyen, en cantidades controladas, en las dietas de adelgazamiento, ya que ayudan a evitar tentaciones menos saludables.
Protegen el corazón
Las grasas insaturadas que contienen almendras, pistachos, avellanas y, sobre todo, nueces contribuyen a reducir los niveles de colesterol malo en sangre y a mantener la presión arterial a raya.
Investigaciones han revelado que los frutos secos son especialmente interesantes para los diabéticos tipo 2, ya que reducen su propensión a sufrir enfermedades cardiovasculares relacionadas con esta patología metabólica.
Son neuroprotectores
La Universidad de Australia Meridional llevó un estudio sobre los frutos secos y concluyó que consumir 10 gramos de frutos secos al día mejora el funcionamiento mental, el pensamiento razonado y la memoria.
Mejoran el estado de la piel y del pelo
El contenido en vitamina E y fitoquímicos que combaten los radicales libres (productos derivados del metabolismo celular que oxidan los tejidos) repercute en una piel radiante y de aspecto más joven.
Además, el hecho de contener biotina, folatos y minerales como el selenio o el zinc ayuda a mantener una melena brillante.
Aportan energía
Algunos frutos secos, como los pistachos, han entrado de lleno en la dieta de los deportistas, ya que su alto contenido en proteínas de calidad y hierro les ayuda a recuperarse de las sesiones de entrenamiento.
Algo muy parecido ocurre con las almendras, que además aportan mucho calcio y contribuyen a mantener unos huesos fuertes.
Cuidan la salud ocular
Los pistachos contienen luteína y zeaxantina, dos micronutrientes fundamentales para prevenir enfermedades de la visión, sobre todo de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), una de las causas principales de ceguera entre personas de edad avanzada.
Mejoran las defensas
El aporte de arginina, potasio, calcio y vitaminas ayuda a mantener el sistema inmunológico en forma.