Soñar puedes ser una experiencia maravillosa, pero también puede convertirse en algo traumático. Lo cierto es que psicólogos y psiquiatras coinciden que este proceso es necesario para el desarrollo del ser humano.
Los sueños son historias e imágenes que nuestra mente crea mientras dormimos. Pueden ser entretenidos, divertidos, románticos, inquietantes, atemorizantes y, a veces, muy extraños.
Explica el neurocientífico español, Umberto Léon Domínguez, que los sueños ocurren cuando el cerebro se libera de las dos regiones principales para la conciencia: la corteza prefrontal, encargada de manejar la información voluntariamente, y el precúneo, relacionado con la entrada de nueva información a la corteza cerebral.
“Cuando se libera, el cerebro deja ver preocupaciones, alegrías o tristezas a las que hemos estado expuestos despiertos. A este tipo de sueño se le conoce como onírico”, explica el médico en entrevista a El Tiempo.
Advierte que “en el momento en que la corteza prefrontal y el precúneo se activan, ocurren los llamados sueños lúcidos, en donde sabemos que estamos soñando y somos capaces de controlar lo que ocurre”.
Por qué soñamos
Existen varias teorías sobre por qué soñamos. Según Medical News Today las posibles explicaciones incluyen:
- Los sueños representan deseos y anhelos inconscientes.
- Interpretan señales aleatorias del cerebro y el cuerpo durante el sueño.
- Consolidan y procesan la información que recopilamos durante el día.
- Funcionan como una forma de psicoterapia.
Además, estudios han determinado que soñar también cumple con estas funciones:
- Reprocesamiento de memoria fuera de línea, cuando el cerebro consolida las tareas de aprendizaje y memoria y apoya y registra el estado de vigilia
- Preparación para posibles amenazas futuras
- Simulación cognitiva de experiencias de la vida real, ya que soñar es un subsistema de la Red Neuronal por Defecto (RND), la parte de la mente activa cuando soñamos despiertos
- Ayuda a desarrollar capacidades cognitivas
- Refleja la función mental del inconsciente de una manera psicoanalítica
- Un estado de conciencia único que integra la experiencia del presente, el procesamiento del pasado y la preparación para el futuro.
- Un espacio psicológico donde el ego soñador reúne nociones abrumadoras, contradictorias o sumamente complejas, que serían inquietantes cuando estamos despiertos, así satisfaciendo la necesidad de equilibrio y balance psicológico.
Fases del sueño
Para la neurociencia hay cinco fases en un ciclo de sueño:
Fase 1
Sueño ligero, movimiento lento de los ojos y actividad muscular reducida. Esta fase constituye del 4% al 5% del sueño total.
Fase 2
El movimiento de los ojos se detiene y las ondas cerebrales se vuelven más lentas, con ráfagas ocasionales de ondas rápidas llamadas husos del sueño. Esta fase constituye del 45% al 55% del sueño total.
Fase 3
Empiezan a aparecer ondas cerebrales extremadamente lentas llamadas ondas delta, intercaladas con ondas más pequeñas y rápidas. Esta fase ocupa del 4% al 6% del sueño total.
Fase 4
El cerebro produce ondas delta casi exclusivamente. Es difícil despertar a alguien durante las etapas 3 y 4, que en conjunto son referidas como «sueño profundo». No hay movimiento ocular o actividad muscular.
Las personas que se despiertan durante el sueño profundo suelen sentirse desorientadas durante varios minutos después de despertarse. Esta fase constituye del 12% al 15% del sueño total.
Fase 5
Esta etapa se conoce como movimiento ocular rápido (REM, en inglés). La respiración se vuelve más rápida, irregular y superficial, los ojos se mueven rápidamente en varias direcciones y los músculos de las extremidades se paralizan temporalmente.
La frecuencia cardíaca aumenta, la presión arterial aumenta y los hombres desarrollan erecciones de pene. Cuando las personas se despiertan durante el sueño REM, a menudo describen cuentos extraños e ilógicos. Estos son los sueños. Esta fase ocupa del 20% al 25% del sueño total.