Poco se habla de lo duro que es desenamorarte cuando una relación de pareja no sale como lo esperábamos, algo que ha motivado a la ciencia a estudiar los procesos que se producen en nuestro cuerpo y así ofrecer claves que lo hagan más llevadero.
Y es que de acuerdo con John Cacioppo, director del Centro para la Neurociencia Cognitiva y Social de la Universidad de Chicago para BBC, cuando nos estamos separando de alguien se activan las mismas áreas de dolor físico en el cerebro.
“Las sensaciones que se experimentan en esos casos son muy fuertes y no desaparecen con rapidez. Las personas están heridas y quieren herir a otros, por eso no es nada agradable estar cerca de ellas. Los individuos se deprimen y se aíslan y eso se vuelve contagioso”, explicó el experto.
Por eso, es normal que en el proceso sintamos además insomnio, estrés, aumento de la presión sanguínea, deterioro en el sistema inmunológico e incluso puede llegar hasta afectar nuestra capacidad cognitiva.
¿Cómo desenamorarte de alguien, según la ciencia?
Regula el contacto
Según el psicólogo, Arturo Torres, cuando estamos cerca de alguien que amamos nuestro organismo dispara la producción de oxitocina, una hormona relacionada con el afecto y los vínculos de confianza.
Por tanto, uno de los primeros pasos para desengancharse de una persona es disminuir el contacto físico o visual, e incluso hasta el digital, aunque nos apetezca todo lo contrario.
Retoma tus rutinas
Como el amor es una droga, al menos por las reacciones bioquímicas del cerebro, es importante alejarnos físicamente y mentalmente de la otra persona, lo que incluye ponernos en primer lugar.
Por eso es recomendable cambiar de entornos y buscar la independencia en nuestras actividades. Ocupa tu mente trabajando, disfrutando de tus pasatiempos, viendo a tus amigos. Será cuestión de tiempo para que deje de hacer falta.
Trabaja tu autoestima
Desenamorarte de alguien también puede hacer que tu autoestima se vea afectada, pues podemos echarnos la culpa o creer que no somos suficientes.
Los especailistas afirman que si no reforzamos nuestro amor propio tras una ruptura, es fácil que “al sentirnos poco válidos busquemos desesperadamente volver a estar con la otra persona, para aceptarnos mejor a nosotros mismos”.