Con la pandemia muchos personas trabajan desde casa. Pero eso trajo como consecuencia estar más cerca de las tentaciones que hay en la nevera y en la cocina.
La sensación de tener hambre a cada rato se puede deber a múltiples factores, algunos expertos aseguran que en la mayoría de los casos a problemas psicológicos de estrés o ansiedad.
El hambre psicológica, como la llaman psicólogos y nutricionistas, no sucedería si se come de manera balanceada y completa en las comidas importantes del día.
Pero existen ciertas razones que explican por qué tenemos hambre a todas horas, por eso es importante conocer los motivos y aprender a detectarlos para llevar una alimentación adecuada:
Duermes mal
Las hormonas que regulan el apetito se activan y desactivan mientras dormimos, y al dormir mal se descontrolan.
El no dormir bien aumenta los niveles de Grelina (hormona que aumenta el apetito) y disminuye la Leptina (hormona que regula la saciedad).
Además nos sentiremos más cansados físicamente y mentalmente, y es cuando nuestro cuerpo demanda más energía y nos atraerá el tipo de alimento que menos conviene (azúcares refinados o carbohidratos simples).
Eliges carbohidrato refinado para calmar tu apetito
Los carbohidratos refinados serían: snacks de bolsa como los Doritos, pan refinado, etc. Y este tipo de alimentos no calman nuestro apetito, a los pocos minutos necesitaremos más.
Teniendo en cuenta también que estos son adictivos. Mejor elegir por ejemplo una fruta, un yogur con pepas de girasol peladas.
Comes muy rápido
Nuestro metabolismo tarda 20 minutos en mandar la señal al cerebro de “saciados”. Por lo tanto, si comes deprisa comerás más de lo que en realidad necesitas.
Comer despacio ayuda a detectar a tiempo la saciedad.
Si al acabar de comer aún tienes hambre, espera unos 10-15 minutos, seguramente pasados esos minutos notarás que tu apetito se ha calmado.
Saltar las comidas
Saltarse cualquiera de las comidas principales hace que tu estómago esté vacío por más tiempo, esto segrega más Grelina hasta que sientes un hambre de devorar.
Cuando consigues comer, lo haces con ansia y acabas comiendo más de lo que hubieras comido si no te hubieras saltado la comida.
Empezar el día con un desayuno completo es la mejor forma de no pasar hambre durante la jornada.
El estrés
El estrés hace que aumente el apetito, y que además cojas lo primero que encuentras y lo lleves a la boca.
Cuando se está en este estado, el cuerpo segrega cortisol y adrenalina, dos hormonas que ponen al cuerpo en estado de alerta y como consecuencia piden más energía, y es cuando necesitas comer.
Comes poca proteína
Las proteínas pertenecen por más tiempo en nuestro estómago y provoca una sensación de saciedad, por lo tanto son los nutrientes que más calman el hambre, por ello deben estar presente en nuestros platos.
Necesitas comer más grasa saludable
Al igual que las proteínas, las grasas calman el apetito y nos dejan saciados por más tiempo.
Para ello, elige grasas saludables como el aguacate, frutos secos, aceite de oliva.