El body Shaming o humillación corporal ha existido desde tiempos remotos ante la idea de quienes creen que pueden opinar sobre el cuerpo de los demás, sin tomar en cuenta el daño que pueden causar.
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Una mala costumbre social que se ha incentivado desde el seno familiar con los comentarios despectivos basados en la “confianza”.
“El body shaming, en general, viene de lugares supuestamente amorosos, como la familia. Se repite mucho, algo que viví yo también, y es la insistencia de las mamás por hacer que sus hijos bajen de peso. Obviamente, lo dicen desde el amor y en tonos distintos, pero no entienden el impacto que puede generar y los daños a largo plazo de este tipo de comentarios”, dijo.
— Carla Escobedo, diseñadora y comunicadora de Body Positive.
El body shaming se ha convertido en un fenómeno que se ha intensificado con la llegada de las redes sociales donde los comentarios incluso llegan desde el anonimato.
Aunque la también actriz aseguró que se sintió a gusto durante la entrevista, le pareció de mal gusto que haya sido enfocada solo en en asegurar que estaba “estrenando una nueva figura”, cuando para ella es un tema muy delicado desde hace algunos años.
Recientemente, la cantante Danna Paola denunció el body shaming que ha sufrido a lo lardo de su carrera por medio de algunos medios de comunicación.
Body shamming, un fenómeno peligroso
Los jóvenes son los más vulnerables a sufrir el body shamming, en medio de su proceso de crecimiento y lo cual puede generar grandes traumas reflejados en la adultez.
Un comentario por sencillo o ingenuo que parezca puede hacer estragos en la autoestima y seguridad de los demás.
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“Si bien ahora lo cuestionamos, hay algo cultural muy arraigado que hace que las personas sean evaluadas por su aspecto físico. En eso, los medios tienen mucha responsabilidad, porque han puesto una forma de ser en cuanto al cuerpo que se ha mantenido a lo largo de la historia y que ha quedado en el imaginario colectivo”, explicó.
— Anita Medina, socióloga y coordinadora de proyectos de La Rebelión del Cuerpo.
Lucir muy gorda, flaca, arreglada o desaliñada ha sido motivo para que muchos establezcan juicios corporales emitiendo “consejos” que nadie pidió o burlas.
“El impacto es mucho mayor a lo que se piensa. Muchas mujeres creen que no pueden hacer ciertas cosas por cómo lucen o, incluso, dejan de opinar en espacios públicos al no sentirse seguras de sí mismas por su aspecto. Entonces un comentario inocente de la familia le puede quedar marcado a una niña de 12 o 14 años y afectar su autoestima y decisiones”, manifiestó.
— Anita Medina, socióloga y coordinadora de proyectos de La Rebelión del Cuerpo.
Según los expertos el body shaming contribuye a generar conductas alimentarias problemáticas desencadenando un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA).
“Hay casos donde basta un comentario para que una de estas personas vulnerables pueda desarrollar desbalances emocionales importantes. En etapas del desarrollo, cerca de un 12% de las mujeres adolescentes desarrollan trastornos alimenticios. Entonces esas chicas son especialmente sensibles a este tipo de juicios, porque conectan su autoestima a la opinión que tienen sobre su cuerpo. Es importante avanzar hacia una sociedad con mayor respeto porque la costumbre de aludir al cuerpo, de manera normalizada, puede ser dañina sin que nadie se dé cuenta”, indicó.
— Jaime Silva, psicólogo de la Clínica Alemana y académico de la Universidad del Desarrollo.
