Desde que Yuya se conviertió en mamá ha fascinado a todos, haciendo ver de su maternidad algo mágico.
La influencer suele ser muy reservada respecto a su vida privada pero es ahora que no ha podido resistirse mostrar los momentos más tiernos al lado de Mar.
“Desde que Mar llegó a la tierra, no puedo parar de sonreír. Gracias por todos los mensajes que nos han escrito. Recibo el cariño de ustedes como el mejor regalo”, escribió en Twitter a pocos días de dar a luz.
Aunque todo en las redes sociales de Yuya se ve perfectamente ordenado, estético y con filtros encantadores, no ha dejado de sincerarse sobre lo difícil y poco glamorosa que puede llegar a ser.
La empresaria ha puesto sobre la mesa lo importante que es la maternidad deseada y que una mujer elija sobre su propio cuerpo.
Eso sí, nunca faltan aquellos que sólo se dedican a señalar y cuestionar lo que vive pues halegan que sólo “romantiza” la maternidad, dando ideas falsas y creando expectativas poco realistas.
Esto por supuesto ha provocado todo un debate en redes sociales ya que nadie debería meterse con la maternidad ajena.
Porque nadie quiere opiniones no solicitadas
Incluso antes de que nazca el bebé, las mamás tienden a comenzar a juzgar a los demás en función de lo que han hecho personalmente.
El bombardeo de preguntas como “¿planeas amamantar?”, “¿estás subiendo de peso?”, “¿vas a querer cesárea? debería ser parto natural”, parecen haberse normalizado cuando nadie debería estar cuestionando a las futuras mamás de lo que decidan sobre su vida.
Que compartas algo en redes sociales o que hables abiertamente de lo que vives con tu maternidad no es una invitación abierta para una lluvia de críticas destructivas.
Porque es un golpe a la salud mental
Cuando estás lidiando con algo como esto y ya estás cansada pero alguien hace un comentario que indirectamente parece culparte, puede ser muy doloroso.
El estigma de la salud mental de las nuevas mamás hace que muchas tengan que sufrir en silencio con sus miedos e inseguridades. Esto pone enorme peso sobre sus hombros porque pareciera que todos esperan a que lo hagas bien todo el tiempo cuando la realidad es que es un trabajo duro e imperfecto.
Porque la maternidad no es una competencia
Todas tenemos diferentes realidades y cada quien ejerce su maternidad como puede, con sus propias herramientas. Comparar jamás aportará algo útil pero sí entender que la mayoría tiene el mismo objetivo en mente: criar bebés felices y saludables que se convertirán en adultos funcionales y seres humanos de bien.
Porque hay una línea muy delgada entre dar “un consejo amigable” y caer en la crítica destructiva
Las nuevas mamás están más expuestas a los señalamientos y ya que a menudo no están tan seguras de sus habilidades, buscan orientación en los demás. Sin embargo, esto puede llevar a que todos den órdenes de cómo hay que hacer las cosas y criticando cuando algo no es como ellos dicen.
Tener una red de apoyo es de suma importancia y por supuesto, puede que lo que te digan sea útil sin embargo, no quiere decir que tengan control sobre ti. Hay diferentes formas de hacer las cosas y no siempre son lo correcto o lo incorrecto. Lo que funciona para unos, quizá para ti no y visceversa.
Porque nadie tiene por qué cumplir con expectativas ajenas
Las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo que por un lado nos permiten conectar con quienes tienen experiencias similares y potr otro, son una catapulta a tener más presión encima.
Las expectativas de la maternidad se han ampliado significativamente, lo que puede hacer que las mamás cuestionen sus habilidades de crianza y se sientan culpables por “hacerlo mal”.
Y ya que está demostrado cómo todo esto afecta la química del cerebro, es importante recordar que una misma debe trabajar en sus propios objetivos, aprender a ver sus logros y sobretodo, dejar de luchar por cumplir expectativas ajenas.