Aunque parezca algo ilógico a simple vista, la realidad es que diversos estudios han demostrado que las personas con más inseguridades hacia su pareja suelen tener más probabilidades de ser infieles.
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Según los psicoanalistas, son varias las razones por las cuales este tipo de personas sean más propensas a engañar a su pareja.
Ver fantasmas donde no los hay
Esta frase se refiere al hecho de que las personas inseguras tienen a visualizar posibles escenarios en donde su pareja le es infiel, pues su mente siempre está maquinando el riesgo de ser la víctima del engaño.
Por lo tanto, llega un punto en donde los celos se vuelven cada vez más constantes y comienzan a asfixiar de alguna manera a la otra persona.
En cuanto esta cambia de actitud por sentirse tan presionada por los celos y desconfianzas, su pareja de inmediato asocia su nuevo comportamiento con el “¡De seguro me está engañando, todo lo que imaginé es verdad!”.
Es así suele presentarse e el típico “un clavo saca otro clavo” y el “ojo por ojo”, haciendo que la persona sea infiel por pura venganza, cuando en realidad esa infidelidad que ella presume jamás ocurrió.
Los infieles suelen tener problemas con su autoestima
Aunque parezca ilógico, las personas con baja autoestima son las más propensas a engañar a su pareja.
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Esto se debe a que, en el fondo, no se creen capaces de conseguir alguna otra relación estable y siempre tienen el temor de que la otra persona lo abandone.
Es por eso que cuidan lo que sienten como suyo a tal punto de exagerar con los celos y la desconfianza, en un intento desesperado por mantener el control de la relación.
Sin embargo, cuando alguien más muestra interés en ellos, es como un sueño hecho realidad, pues se dan cuenta de que hay otras personas que lo miran con deseo.
De esta manera acceden a participar en una aventura porque su baja autoestima los hace creer que una oportunidad así no se les presentará de nuevo y que podrían arrepentirse luego de no haber dicho que sí.
Si alguna vez fuiste infiel, es muy probable que seas celoso
Si en algún momento viviste algún romance prohibido o fuiste el tercero en una relación y tu anterior pareja jamás se enteró, sabes perfectamente que lo mismo te podrían hacer a ti y nunca lo sabrías.
Esto crea un miedo inconsciente de que ayer fuiste la amante, pero hoy puedes ser la engañada.
Esta obsesión se manifiesta en celos excesivos, desconfianza constante y la necesidad de controlar todo lo que tenga que ver con los aspectos de la vida de la pareja.
Ya sea horarios, sitios a los que frecuenta ir y hasta el círculo de amistades que tenga.
