El sexo forma parte de nuestra vida, sin embargo, no todos desean estar en una relación sentimental para poder experimentar del acto carnal, es por ello que, en estos casos, la mejor opción son las relaciones sin compromiso.
No obstante, hay una serie de reglas que deben seguirse si deseas mantener este tipo de actividad con alguien sin que sean pareja, algunas de estas son una especie de trato no verbal, pero que están implícitas en las relaciones sin compromiso.
Todas las veces no son como la primera vez
No pongas demasiadas expectativas en ti y en tu pareja sexual. Es importante entender que en el sexo, hay algunos momentos mejores que otros, de modo que lo importante es que tú siempre te sientas cómoda.
Preocúpate por sentirte bien contigo misma y que los encuentros sean cuando realmente te sientas motivada a tenerlos.
Las relaciones sin compromiso van a su propio ritmo
Lo importante de este aspecto es no apresurar las cosas, ambos deben ir a su propio ritmo para entenderse mutuamente y explorar sus límites, no esperes que la primera vez de ensueño ni tampoco te mentalices con el “debo dar una buena impresión”.
Todo va fluyendo poco a poco en la cama y ambos se irán demostrando, verbal o corporalmente, qué les gusta, así que no te comas la cabeza pensando más de lo necesario.
Hay que establecer límites
Las relaciones sin compromiso son algo en lo que ambas partes deben estar de acuerdo en todo sentido, es por ello que lo mejor es establecer límites a medida que se van conociendo más.
Por ejemplo, lo maravilloso de estar en esta situación es que se requiere de un mínimo esfuerzo, ya que lo que buscamos es algo corporal y no sentimental.
De esta manera, no es necesario que al siguiente día debamos sí o sí escribirle a esta persona y entablar largas conversaciones.
Ambos deben ir explicando hasta qué punto desean ceder y cuáles son los límites permitidos para no llegar a lo incómodo o desagradable.
Muchas veces las relaciones sin compromiso suelen acabar más que todo por falta de comunicación.
Es esencial que establezcamos lo que nos gusta y lo que no, lo que estamos dispuestos a probar y lo que ni en sueños haríamos.
Es por ello que nada mejor que hablar con nuestro ligue sutilmente para que estemos en sintonía.
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