Gus puede tener astas de ciervo, pero en el fondo es un niño curioso y soñador. Él es el personaje principal de la nueva serie «Sweet Tooth» de Netflix, basada en el cómic de Jeff Lemire y ya ha fascinado a todos.
Un mundo devastado por una pandemia parece una premisa bastante desalentadora, después de todo, no es una realidad muy alejada de la nuestra. Sin embargo, lo que suena a una historia trágica y deprimente, en realidad está llena de ternura y con una valiosa lección de fondo.
Mientras el mundo que lo rodea se hunde en el caos, Gus, interpretado por Christian Convery, nunca pierde su espiritu de niño ni su optimismo desmesurado.
Sus oídos se animan, literalmente, si oye hablar de chocolate o manzanas de caramelo y cree en las personas en las que no siempre se debe confiar porque simplemente no conoce la malicia.
Sweet Tooth y su adorable protagonista ofrecen algo muy necesario en estos tiempos: esperanza.
Lo «diferente» no debe ser un motor del odio.
Uno de los principales problemas que enfrenta Gs es el hecho de ser un híbrido mitad humano, mitad ciervo. Esto a su padre a criarlo en el bosque, lejos de la civilización.
En contexto, los híbridos surgieron después de que un virus mortal causara estragos en todo el mundo. Son cazados y temidos por la mayoría de los humanos porque se desconoce si la nueva especie fue la causa o el resultado del virus.
La primera vez (nacieron de padres humanos) al mismo tiempo que los «enfermos», como se le llama, comenzaron a matar personas. ¿El resultado? Una guerra entre humanos e híbridos detonada por el miedo y el odio.
Dentro de su inocencia, Gus nos enseña que lo diferente no debe ser un motor del odio pues cada quien enfrenta sus propias batallas.
Todos aprendemos las cosas de una manera diferente y tenemos nuestras propias experiencias y perspectivas del mundo.
Pensando en nuestra singularidad y en cómo todos vemos las cosas con diferentes ojos debemos dejar atrás el resentimiento y el odio hacia el otro. Comprender que todos somos diferentes y únicos da claridad sobre cuán flexibles queremos ser y podemos ser.
El secreto detrás de la transformación de Gus
La tecnología utilizada para la caracterización de Christian como Gus es impresionante pues se hizo lo posible porque tuviese movimientos y texturas realistas.
“Christian básicamente tiene un pequeño casco, que es cabello, y se coloca en la parte superior. Las astas encajan. Son increíbles. Son realmente ligeras. Encajan con imanes».
Las orejas de venado son colocadas en la parte superior de las orejas del actor y pequeños cables pasan por su espalda para que no se vean. Detrás de escena hay un titiritero que opera los movimientos de éstas en sintonía con los de Christian. Es por eso que pueden hacer todo tipo de formas, reacciones y velocidades.
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