¿Alguna vez le has dado una segunda oportunidad a alguien sólo por no quedarte sola? Una parte de ti sabe que esa persona no te conviene en absoluto pero la otra, no quiere soltarla porque es lo que ya conoces y que por lo tanto, ya no dolerá «tanto» la próxima vez que te decepcione.
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Te entiendo, sé lo humillante que puede ser para ti darte cuenta de que no puedes cerrar ese capítulo a pesar de estar consciente de que mereces algo mejor.
Dicen que «todos merecemos una segunda oportunidad» pero cuando se trata de alguien que se supone debería amarte incondicionalmente y te ha dado la espalda haciéndote creer que no vales el esfuerzo, habría que pensarlo mejor.
Y es que estamos tan llenas de presiones e ideas de lo que debe ser el amor, que olvidamos lo que realmente merecemos.
Darle una una segunda oportunidad a quien no tiene miedo de perderte es permitir que te siga haciendo menos. Esa persona sabe que te tiene «asegurada», que no importa si no se esfuerza lo suficiente o si no invierte el mismo tiempo que tú en la relación, tú siempre estarás dispuesta a perdonarla.
Dicen que encuentra el amor por doquier y que llega cuando menos lo esperas. Pero cuando nos dejamos llevar por el primero que nos ofrece una rosa o nos llena los oídos con palabras bonitas, podemos confundir las cosas.
Nos conformamos con la primer persona que nos habla “bonito” o que nos regala un ramo de flores. Olvidamos que el amor no son solamente detalles ocasionales y palabras bonitas sino la seguridad de estar con alguien para quien somos un ser increíble.
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Nos quedamos con la idea de que “algo” es mejor que nada y que las migajas de amor bastan para estar completa.
Deja de pensar que necesitas de eso que ya no te hace bien para completarte o para llenar los huecos que hay en tu interior. Aferrarte a un amor no correspondido evita que llegue quien te ame de verdad.
Darle una segunda oportunidad a quien no está dispuesto a luchar por hacer equipo contigo y crecer juntos, termina siendo una forma de masoquismo puro.
La vida es demasiado corta como para estar persiguiendo o rogándole a alguien que no puede ver lo maravillosa que eres.
Sé que es fácil acostumbrarse a esa vida donde, sin darte cuenta, te sometes a quien sólo te quiere “a medias”. Pero nunca te permitas ser la segunda opción de nadie. No te conformes con quien te hace sentir que está contigo por “obligación”. No le des toda tu luz a alguien que no sea capaz de ver la verdadera belleza en ti. Eres extraordinaria y no mereces menos.
No debes apresurarte a una relación incorrecta porque tienes miedo a estar sola. Bien dicen que es mejor «estar sola que mal acompañada», ¿no? Tú eres la que mereces una segunda oportunidad de tomar las riendas de tu vida y alejarte de aquello que no te deja seguir y encontrar lo bueno que mereces.
Recuerda que una relación es cosa de dos, no es algo unilateral que sólo pueda recaer en uno. El amor de verdad se trata de complementarse el uno a otro, de construir espacios, no de llenar vacíos ni quedarte estancada sólo porque te da miedo ver qué hay al otro lado.
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