Por más que la hostilidad se manifiesta de forma más sutil, no deja de ser un signo de violencia al que hay que prestar atención porque detrás de ese comportamiento pasivo agresivo se esconden muchos sentimientos negativos.
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De hecho, esas actitudes hirientes, para quien las recibe, son parte de la manera en cómo el otro canaliza su ira, que en vez de ser dialogada abiertamente o ser encaminada de una manera positiva, termina en maltratar al compañero sentimental.
Señales de que tu pareja tienen un comportamiento pasivo agresivo
De acuerdo con Psychology Today, hay formas muy claras de saber cuándo el otro está descargando una agresividad implícita sobre ti que está siendo reprimida.
Por ejemplo, cuando ejecuta sabotaje con la pareja pues pide algo a cambio para recibir aquello que se le pidió, aplica la ley del hielo, responde de manera sarcástica a cuestiones importantes o de forma muy inexpresiva con palabras tipo «Mmm», «No sé», «Bueno» y «Como quieras», reseña Bio bio Chile.
Es decir, no se centra únicamente en que el otro permanezca constantemente frustrado o irritable, también se mide en si es una persona pesimista en exceso, nunca dice halagos, evita la intimidad para castigar a la pareja o suele hacer comentarios hirientes para reducir la autoestima de alguien más.
Son comportamientos que van complicando cada vez más poder convivir con la otra persona porque se vuelven destructivos para los demás y para sí mismos.
“Quienes sufren de comportamiento pasivo agresivo tienden a suprimir sus sentimientos negativos y su enojo hasta el punto en el que se vuelven una víctima crónica”, explica la psicóloga Andrea Brandt a la fuente.
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Por otro lado la especialista en el tema, Madeline Sánchez, comenta a Prensa Libre que «este tipo de comportamientos lleva a la destrucción de la pareja, pues la persona no es capaz de mostrar sus verdaderos sentimientos y se pierde la confianza», por lo que conviene resolverlo a tiempo.
Qué hacer si mi pareja es pasivo agresivo
Si ya sonaron las alarmas porque la persona que amas tiene tres o más de esas actitudes, la experta recomienda que lo primero es identificar en qué se está fallando para poder buscar ayuda.
“No hay por qué sentirse avergonzado o culpable. Reconocer que el enojo es un problema para uno, es el primer paso para resolver el comportamiento pasivo agresivo”, asegura Brandt.
«La meta en este momento es empezar a hacernos conscientes de nuestra propia ira”, agrega, por lo que el pasivo agresivo debe tomar control de sus emociones antes que estas terminen por sobrepasarlo.
La mejor recomendación en estos casos es que el paciente asista a terapia psicológica para encontrar el motivo de su rabia y aprender técnicas para deshacerse de ella sin tener que herir a los que lo rodean.
Asimismo, a partir de ese momento debe trabajarse la comunicación y hacer un esfuerzo por poner en palabras lo que se piensa y siente en vez de reprimir todo para luego explotar con todo el enojo encima.
«Puede ser el caso de que la persona aprendió a comunicarse inadecuadamente, por su experiencia de vida, por problemas en casa, algún patrón que aprendió y que desencadena en relaciones disfuncionales», analiza Sánchez, cuestión que remarca la importancia de buscar a un terapeuta.
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