En los últimos días el tema del abuso sexual y los procesos que viven las mujeres que lo sufren ha sido un importante tema de discusión en redes y círculos sociales.. A raíz de la denuncia de la Youtuber Nath Campos contra su compañero Rix, muchos comenzaron a cuestionar por qué se había tardado tanto en hacerlo y otros incluso la culparon por no haber hecho algo por evitar lo sucedido.
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Los señalamientos por parte de los conductores del matutino Hoy dejaron ver que hay toda una generación que aún no entiende lo que implica vivir un abuso y por qué es que cuesta tanto trabajo alzar la voz.
Lo sorprendente es que estos cuestionamientos suceden dentro de nuestro propio círculo social, incluyendo nuestros familiares.
Nuestras abuelas, madres y tías fueron educadas completamente diferente a como nuestra generación está siendo educada. Mientras que en nuestros tiempos tenemos cada vez más acceso a la información y a conversaciones en torno a las violencias que sufrimos las mujeres, ellas crecieron normalizando ciertos patrones machistas que no están bien.
«Llegar virgen al matrimonio», «atender el hogar», «cuidar a los niños mientras el marido trabaja», «darse a respetar», son algunas de las frases con las que ellas fueron educadas para «ser una dama».
Es fácil entender por qué muchas de ellas piensan que aquellas mujeres que denuncian debieron ser «más cuidadosas», «no beber en exceso» y cuidar «con quién salen».
Por supuesto también está el lado de nuestros padres, abuelos, tíos y hermanos, quienes también fueron criados bajo patrones machistas.
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Revictimización
El problema es que cuando una mujer es víctima de abuso y su propia familia la señala, se siente sola y abandonada, genera culpa y con ello una serie conflictos internos que hacen que el proceso de sanación y alzar la voz sea aún más complicado. Sin mencionar que es dentro de la propia familia donde se gestan muchos casos de abuso.
Cualquier tipo de violencia genera un profundo trauma y superarlo no es como tomar un medicamento cuando tienes un resfriado. Sanar y tomar fuerza para alzar la voz es un proceso y aunque pasen diez, veinte o treinta años para que la víctima denuncie, sigue siendo igual de válido..
La sociedad ha normalizado tanto la cultura de la violación que incluso bromea sobre ello, lo que hace que pase desapercibida cuando sucede. Para que una mujer pueda reconocer que existió abuso y sea capaz de verbalizarlo, pueden pasar meses e incluso años. Algunas logran reconocerlo antes, otras no. Lo importante es entender que nunca es tarde y que siempre será válido y necesario. Nada quitará el hecho de que fue abusada ni que quien lo hizo es un violador.
La revictimización genera culpa, vergüenza y estigmas sociales. Muchas víctimas son amenazadas, lo cual genera miedo. Muchas mujeres son asesinadas durante y después de un abuso, razón OBVIA por la que tampoco existen denuncias.
No juzgues. Aprende
A veces, el apoyo que le brindamos a nuestros seres queridos que están sufriendo puede ser un arma de doble filo y no porque empeoremos las cosas, sino porque no terminamos de entender del todo lo que está sucediendo, lo que provoca que la otra persona se sienta sola.
Los síntomas del trauma pueden ser confusos para alguien que no los ha experimentado de primera mano. Intenta leer sobre el tema. Cuanto más informada sobre el problema estés, más segura se sentirán ambas y más podrás apoyar.
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