Cada año, millones de personas hacen propósitos de Año Nuevo con la esperanza de provocar un cambio positivo. Los temas recurrentes incluyen un enfoque más activo de la salud y el estado físico, mejores finanzas y aprendizaje de cosas nuevas para el desarrollo personal y profesional. Lo malo es que varias metas se abandonan mucho antes de completarse, pero con esta guía podrás cumplirlas de manera fácil y organizada.
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A pesar de las mejores intenciones, una vez que desaparece el brillo del año nuevo, muchas personas luchan por cumplir sus planes. Según un estudio publicado en el Journal of Clinical Psychology, solo el 46% de las personas que hicieron resoluciones de Año Nuevo tuvieron éxito. Naturalmente, no quieres estar en ese margen, por lo que esta guía te vendrá perfecta.
Sigue esta guía para cumplir tus propósitos de Año Nuevo de manera fácil y organizada
Prepárate mentalmente para el cambio
Cambiar los hábitos arraigados no es una tarea fácil, por lo que antes de sumergirte de lleno en tus metas de Año Nuevo, es importante dar un paso atrás y prepararte para ese cambio inminente.
El primer avance en el cambio es hacer un inventario personal, haciendo un balance de los logros del año pasado. Pregúntate lo siguiente: ¿Qué me propuse hacer el año pasado?, ¿Dónde progresé?, ¿Dónde no vi progreso?
También querrás mantenerte optimista con tu nueva resolución, de modo que puedas usar esa asociación positiva con los logros del año pasado para recordar esos buenos sentimientos cuando te sientas desafiada con los actuales.
Limita tus propósitos a una cantidad manejable
Según reseña el portal Go Skills, un error común a la hora de armar los propósitos de Año Nuevo es tener demasiados de ellos. Si bien todas queremos aprender 25 idiomas diferentes, 15 nuevas habilidades laborales y eliminar 5 malos hábitos, no somos superheroínas.
Solo tenemos un período de atención limitado que podemos dedicar a la superación personal, por lo que tener demasiadas resoluciones es una excelente manera de no lograr las muchas metas que te has propuesto.
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Por lo tanto, debes hacer una breve lista que puedes administrar, aunque armarla puede ser una parte difícil. La clave aquí es comprender cómo establecer prioridades.
Divide los grandes objetivos en unos más pequeños
Muchas de nosotras tendemos a ser demasiado ansiosas cuando se trata de propósitos. Tenemos las mejores intenciones y podemos asumir accidentalmente una meta que es demasiado grande para lograr. Por lo tanto, es útil dividir un gran objetivo en unos más pequeños que sean más alcanzables.
Ahora, esto es más fácil de decir que de hacer. Sin embargo, este sistema te podría ayudar a lograr que tu gran meta sea más alcanzable:
Crea una lista de subtareas
- Prioriza y ordénala
- Asigna lapsos a cada tarea
- Decide cuánto tiempo requiere cada una
- Asigna recursos en consecuencia
- Concéntrate en el siguiente paso, no en el gran objetivo
- Escribe tus metas
Si bien es genial tener metas, es fundamental documentarlas de alguna manera, bien sea en un diario, una libreta, una agenda electrónica, incluso en notas adhesivas. Aquí hay algunas razones para escribir tus objetivos:
- Son fáciles de olvidar. Si bien eso puede parecer una tontería, somos humanos, y es normal distraerse y olvidarlas fácilmente.
- Anotar tus propósitos de Año Nuevo te ayuda a aclarar qué es lo que deseas lograr. Te obliga a tomar decisiones y ser precisa con tus palabras.
- Las metas escritas pueden actuar como un filtro y una luz guía para las oportunidades a perseguir. En un día cualquiera, hay un millón de decisiones que tomar. En caso de duda, consulta los objetivos que has establecido para dictar el camino a seguir.
- Fijamos metas para avanzar, pero existe una resistencia natural al cambio. Tus metas escritas te estimulan a avanzar cuando te encuentras con un obstáculo.
- Finalmente, las metas escritas son un recordatorio de lo lejos que has llegado y lo que has logrado. Es una sensación agradable mirar hacia atrás al final del próximo año y saber que la meta se ha hecho realidad.
Revisa tu propósito con regularidad
Si no estás pensando en tu meta con regularidad, no la vas a cumplir. Por lo tanto, una parte crucial para lograr tu objetivo es una revisión periódica. Como mínimo, esta debe ser mensual, pero cuanto más frecuente, mejor. Esta es una forma de incorporar esto en tu rutina:
- Programa una revisión mensual del “panorama general” durante la primera semana de cada mes. Esto servirá como una reunión de planificación en la que distribuirás las tareas y los objetivos más pequeños en diferentes semanas a lo largo del mes.
- Realiza un control semanal para comprobar el progreso de la meta mensual.
- Establece un recordatorio diario para tareas de menor resolución.
- Puede parecer un poco loco pensar en tu propósito de Año Nuevo todos los días, pero son esos pasos más pequeños los que conducen a cambios masivos en el transcurso.
- Si te sales del camino, vuelve rápidamente
Desde que comenzaste el proyecto, has establecido que tomará algo de tiempo para que tu propósito se convierta en realidad y sabemos que el cambio es difícil. De hecho, seguro estableciste también márgenes para errores y contratiempos.
Y si hay un contratiempo, es importante comprender qué condujo a ese momento y cómo puedes evitar una situación similar en el futuro, es decir, «si voy a tomarme una copa después del trabajo, no iré al gimnasio. Por tanto me tomaré una copa en otro momento».
Una vez que se comete un error, reconócelo y pasa a lo siguiente. Por ejemplo, si te saltaste una sesión de estudio, recupérala mañana y sigue adelante. ¡Algunos pequeños errores no deberían estropear tu resolución de Año Nuevo!
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