“Pon de tu parte”, Tienes que tener fuerza de voluntad”, “La vida es bella ¿cómo es que no lo ves?” y “Estás así porque quieres”. Estas son algunas de las frases que reciben las personas con depresión a diario. No ayudan en nada.
Es hora de que sepamos que, aunque físicamente no se vea, se trata de una enfermedad mortal que acaba con miles de vida cada año. Una persona deprimida no está jugando. Tiene sustancias alteradas en el cerebro que lo hacen ver todo negativo a su alrededor.
La afección mental que padece una persona con depresión y la falta de comprensión de la sociedad, puede tener consecuencias mortales derivadas en el suicidio.
El deprimido no encuentra más salida que la muerte y, aunque no quiere hacerlo, también sabe que la gente juzgará porque se ha quitado la vida sin ver lo maravilloso que es vivir como si lo hiciera a propósito.
Cifras alarmantes sobre la depresión
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, el suicidio has sido en un solo año la segunda causa de muerte de jóvenes de entre 15 y 29 años en todo el mundo. Más del 79% de los casos tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos. Y la depresión es la principal causa de ello.
«En la región de las Américas, se estima que aproximadamente 100.000 personas se quitan la vida anualmente. Los diez países de la región con el mayor número estimado de muertes por suicidio son: Estados Unidos (49.394), Brasil (13.467), México (6.537), Canadá (4.525), Argentina (4.030), Colombia (3.486), Chile (1.893), Cuba (1.596), Perú (1.567) y Bolivia (1.326)”, dijo a DW una vocera de la Oficina Regional de las Américas de la OMS.
La mayoría de las personas que decide quitarse de la vida ya está muerta anímicamente antes de hacerlo. Muchos solo quieren salir de la pesadilla mental que es la depresión, otros tienen otros trastornos mentales y en casos puntuales se trata de llamar la atención para que las personas que lo rodean sepan que sí está ocurriendo algo grave en su interior.
¿Qué podemos hacer?
La sociedad debe comenzar a ver la depresión como un problema serio y no como una simple falta de ánimo del afectado. Tampoco debe estigmatizarse a una persona que busca ayuda psiquiátrica porque este cuestionamiento social es lo que impide muchas veces que una persona vaya a un especialista.
Se tiende a creer que quienes acuden a un psiquiatra “están locos” y por ello muchas personas con trastornos mentales se rehúsan a pesar que necesitan este tipo de ayuda.
Los gobiernos unidades de atención e información sobre la salud mental tanto a afectados como a familiares. Pues la depresión no solo afecta al paciente, sino que causa un desequilibrio en su grupo familiar.
La prevención es, sin duda, la mejor medida para que la enfermedad no termine en suicidio. En este término, los países que pertenecen a la OMS se comprometieron a reducir las tasas nacionales de suicidios.
Pero la mejor manera de prevenirla es comprendiendo a nuestro ser querido que la padece. No juzgarlo y sí convencerlo de que acuda a un especialista. La medicación y la terapia son la solución para salir del hueco oscuro de la depresión, una enfermedad que por la que mueren más de 10 mil personas en Latinoamérica. Hagamos todo lo posible por evitarlo.
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