Las cuarentenas y el confinamiento, los cambios drásticos en la rutina, el trabajo y clases online, el distanciamiento social y la incertidumbre, han hecho que muchas personas lleven meses durmiendo mal o que quienes ya tenían trastornos del sueño, los hayan visto empeorados.
PUBLICIDAD
Uno de los grupos más afectados durante la pandemia de Covid-19 ha sido el de los estudiantes, ya que han tenido que modificar los horarios, adaptarse a las clases online y estudiar en la casa, lo que no siempre es fácil o cómodo.
Todos estos cambios y el uso excesivo de pantallas, ha aumentado los trastornos del sueño en escolares y universitarios. También es común que en periodos de estrés, como las épocas de exámenes o pruebas para ingresar a la educación superior, presenten insomnio o retraso de las fases del sueño. Y es que muchos modifican sus horarios de sueño, iniciando pasadas las 2:00 am y despertando después de las 10. Esto también genera problemas en la calidad del sueño.
La neuróloga del Programa de Medicina del Sueño de Clínica Universidad de los Andes, Evelyn Benavides, asegura que «se trata de una situación compleja, porque el mal dormir y las enfermedades asociadas pueden influir en el rendimiento académico. En ese sentido, cobra mucha importancia llevar a cabo hábitos que contribuyan a tener un descanso reparador».
¿Qué podemos hacer para dormir mejor?
La especialista de Clínica Universidad de los Andes, entrega recomendaciones para que los estudiantes tengan una buena calidad de sueño.
- Disminuir el uso de pantallas, sobre todo en la noche, porque dificulta conciliar el sueño.
- Mantener una rutina de levantarse y acostarse en horarios similares. Ojalá los fines de semana no cambiar más de dos horas de los horarios habituales.
- Mantenerse activo durante el día y bajar la actividad en la tarde y noche.
- Hacer ejercicio favorece el buen dormir, idealmente durante la mañana. Se recomienda hacer mínimo 30 minutos y de preferencia al aire libre.
- Evitar el consumo de sustancias estimulantes en la tarde, como cafeína, tabaco y alcohol.
- Evitar la automedicación de fármacos para estimular la vigilia, como los que inducen o mantienen el sueño. Algunos pueden tener efectos secundarios o interferir con otros medicamentos.
«Es muy necesario dormir las horas requeridas (en un adulto 7-9 horas por noche y de noche) y que ese sueño sea realmente reparador», señala la doctora Evelyn Benavides.
Y es que el mal dormir puede tener consecuencias muy negativas para la salud. Según explica la especialista, «el mal dormir estimula procesos inflamatorios y desregulaciones del nivel de azúcar».
Además, puede provocar «aumento de peso por un desbalance en los procesos cerebrales de regulación del apetito y por alteraciones hormonales que nos impiden absorber lo que comemos».