El 2020 está por terminar pero el Covid-19 sigue extendiéndose por todo el mundo. Ahora que se ha puesto en marcha un plan de vacunación, liderada por Pfizer, ha surgido una esperanza en la población sobre el fin de la pandemia. Sin embargo, esto está lejos de acabar y es importante no bajar la guardia.
A pesar de que la alerta sigue, es cada vez más común ver a las personas pasar el día en el exterior, algunos han comenzado a viajar y otros ya se están reuniendo con amigos y familiares bajo la idea de que «hay que aprender a vivir con el virus». Por si fuera poco, se viene una época de fiestas en las que se teme, no habrá control alguno con respecto al distanciamiento social.
Para muchos, el que los titulares de los medios informen sobre las vacunas y los posibles tratamientos al virus significa que ya no hay posibilidad de enfermar o de que surja un nuevo brote pero no es así, aún queda mucho por recorrer.
Mientras que Nueva Zelanda, Japón, Taiwán y Corea del Sur ocupan los primeros lugares, Bélgica, Perú, Argentina y México se ubican en los últimos. Todos los datos y estadísticas se basan en datos disponibles públicamente.
Ahora, con las fiestas de la temporada navideña, el temor en la comunidad médica por una nueva ola de contagios ha crecido.
“Puede ser muy tentador querer seguir las tradiciones familiares, que incluyen viajar, reunirse con varios familiares y amigos y disfrutar del tiempo cara a cara con personas que no hemos visto en mucho tiempo”, reveló la doctora Teresa Murray Amato, presidente de medicina de emergencia en Long Island Jewish Forest Hills en Queens, Nueva York, dijo a Healthline. «Sin embargo, estas actividades son motivo de preocupación este año porque podrían conducir a una propagación más rápida del virus COVID-19».
Entre las advertencias que han lanzado los expertos con respecto a las noticias sobre las vacunas y la temporada en la que está llegando es el hecho de que aún puede haber un brote mucho peor de Covid-19 si la población baja la guardia.
Entre la fatiga pública, las celebraciones navideñas y los estados que mantienen abiertos los espacios interiores riesgosos como restaurantes y bares, el número de muertos podría superar los 3.000 por día en el futuro.
A diferencia de la primavera, esta vez el brote puede ser verdaderamente nacional, y el público y los líderes pueden no actuar, o al menos no hacer lo suficiente. Por lo tanto, el brote podría seguir siendo malo e incluso empeorar hasta bien entrado el 2021.
Otro desafío con los enfoques de Pfizer y Moderna es que sus vacunas tienen algunos requisitos de almacenamiento y transporte bastante pesados y no todos los países cuentan con ello por lo que el acceso a las vacunas será más complicado y lento.
Hacerse pruebas y que el resultado sea negativo tampoco significa una excusa para hacer fiestas o salir sin cubrebocas.
Durante esta temporada navideña, muchas personas han comenzado a hacerse pruebas de COVID-19 para preparar las visitas navideñas y así «asegurarse» de que «todo estará en orden» pero esto no puede convertirse en una excusa para bajar la guardia.
Debido al riesgo falsos negativos de la prueba, es que por sí sola no es suficiente para asegurarse de que está realmente libre del virus. Por lo mismo, la única forma de estar seguros es celebrando cada quien en su casa, con las personas que habitan en ella.
Algo que se ha estudiado a lo largo de los meses es que si la prueba es negativa, todavía existe la posibilidad de que haya contraído el virus y pueda transmitirlo a otras personas.
Lo que hoy tenemos puede ser la solución de mañana siempre y cuando sigamos acatando las medidas de prevención como lo es el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de cubrebocas. Esto también permitirá hacer tiempo para incorporar nuevas tecnologías y conocimientos y así llegar a la solución definitiva.
“Todo el mundo está emocionado con la luz al final del túnel de esta pandemia. Las vacunas representan una parte de eso», reveló el doctor Graham Snyder, director médico de prevención de infecciones y epidemiología hospitalaria del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.
Además, por ahora la vacuna estaría lista para ser aplicada primero en grupos vulnerables o de alto riesgo, incluidos los trabajadores de la salud y los ancianos. Pero aunque puede suponer un cambio importante en los niveles de contagio y el control de la pandemia, «no significaría que todo desapareció, pero daría la oportunidad de comenzar a salir de esta situación».
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