En los últimos meses, se han visto diversos acontecimientos que dejan ver que la crisis ambiental es cada vez más amenazante. No sólo los desastres naturales han demostrado su fuerza, también aquellos que son provocados por acción humana como los incendios forestales o la contaminación del mar que ha llevado a la muerte de miles de especies de animales y plantas.
Además, está la pandemia de Covid-19 que amenaza la salud y la economía en todo el mundo, provocando que vivamos en una inseguridad constante.
Las personas preocupadas por la crisis climática están decidiendo no tener hijos por temor a que su descendencia tenga que luchar contra un apocalipsis climático, según los expertos.
Un estudio publicado en la revista Climatic Change, asegura que los jóvenes cada vez piensan menos en tener hijos debido a la amenaza de una crisis climática.
Los investigadores entrevistaron a 600 personas de entre 27 y 45 años que ya estaban teniendo en cuenta las preocupaciones climáticas en sus opciones reproductivas y encontraron que el 96% estaba muy o extremadamente preocupado por el bienestar de sus futuros hijos potenciales en un mundo con cambio climático. Una mujer de 27 años dijo: «Siento que en conciencia no puedo traer un niño a este mundo y obligarlo a intentar sobrevivir a lo que pueden ser condiciones apocalípticas».
Otro encuestado dijo que «rivalizaría con la primera guerra mundial en su puro terror». Un encuestado más describió el mundo como un lugar «Irreconocible con un clima extremo. Escasez de alimentos. Disolución política y económica. Conflictos a gran escala. Migración. Sequía».
Las evaluaciones revelaron puntos de vista muy pesimistas con respecto al impacto del calentamiento global en el mundo. La investigación también encontró que algunas personas que ya eran padres expresaron su pesar por tener a sus hijos.
Tener un hijo también significa potencialmente que esa persona producirá una vida de emisiones de carbono que contribuyen a la emergencia climática, pero solo el 60% de los encuestados estaban muy preocupados por esta huella de carbono.
“Los temores sobre la huella de carbono de tener hijos tendían a ser abstractos y secos”, afirmó Matthew Schneider-Mayerson, profesor del Yale-NUS College en Singapur, quien dirigió el estudio.
“Pero los temores sobre la vida de los niños existentes o potenciales eran realmente profundos y emocionales. A menudo resultaba desgarrador analizar detenidamente las respuestas; mucha gente realmente se desparramó del corazón «.
Es probable que aumente el número de personas que tienen en cuenta el cambio climático en sus plantas reproductivas.
El estudio no encontró diferencias estadísticamente significativas entre las opiniones de mujeres y hombres, aunque las mujeres constituían tres cuartas partes de los encuestados.
También se encontraron personas que se arrepentían de tener hijos. Un 6% de los padres confesó sentir algún remordimiento por tener hijos. Una madre de 40 años dijo: “Lamento tener a mis hijos porque me aterroriza que se enfrenten al fin del mundo debido al cambio climático”.
Aunque por mucho tiempo se ha dicho que tener hijos es un impacto grande para la ecología, nuevos estudios han revelado que no tenerlos ya no es una forma de frenar el cambio climático.
Esta lógica está impulsada por estudios que afirman mostrar que tener un hijo genera una cantidad gigantesca de emisiones de carbono, mucho más que las emisiones generadas por otras elecciones de estilo de vida, como conducir un automóvil o comer carne.
Pero según un nuevo informe de Founders Pledge reveló que el problema con la mayoría de los estudios sobre el impacto climático de varias decisiones de estilo de vida es que no tienen en cuenta los posibles cambios en la política gubernamental en el futuro. Pero es casi seguro que la política climática se volverá mucho más estricta en el transcurso de la vida de nuestros hijos y nietos.
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