A medida que Covid-19 se ha extendido por todo el mundo, han salido a relucir los métodos que cada país ha tenido para abordar esta crisis de salud sin precedentes. Algunos que se creía que no podrían sostenerse, han sorprendido con las cifras de contagios y muertes mientras que los que parecía que tendrían todo más controlado, han tenido resultados alarmantes.
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Desde hace un par de semanas, varios países de Europa como Francia y España han vuelto a encender las alertas sobre un rebrote y poco a poco se han retomado las estrictas medidas de confinamiento para prevenir un contagio masivo. Otros países, no han terminado por implementar las medidas pertinentes para frenar los contagios y ante la época navideña se teme que haya un repunte.
Las economías avanzadas como Estados unidos y el Reino Unido se han visto repetidamente abrumadas por infecciones y enfrentan un regreso a costosos bloqueos. Mientras tanto, otros países, incluso naciones en desarrollo, han desafiado las expectativas.
Bloomberg analizó los números para determinar los mejores lugares para estar durante la pandemia. El ranking contempla el incremento de los contagios, la tasa de mortalidad, la capacidad de distribución de pruebas, el sistema local de atención de salud y el impacto de las restricciones relacionadas con el virus, tales como los bloqueos económicos y la movilidad de los ciudadanos.
¿Dónde se ha manejado el virus de manera más efectiva con la menor cantidad de interrupciones para los negocios y la sociedad?
Mientras que Nueva Zelanda, Japón, Taiwán y Corea del Sur ocupan los primeros lugares, Bélgica, Perú, Argentina y México se ubican en los últimos.
México quedó en el lugar 53, siendo la peor posición del ranking. Esto se debe a que de 12 rubros, nueve se encuentran en color naranja.
Según las cifras, la tasa de fatalidad en México es de 8.6%; muertos por millón con 782; positividad con 62.3%; bloqueo con 72; movilidad con -26.1%; previsión de crecimiento del PIB para 2020 con -19%; y cobertura sanitaria universal con 61 puntos.
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Al 23 de noviembre, la Secretaría de Salud indica que México alcanzó la cifra de 1 millón 49 mil 358 casos confirmados de Coronavirus, mientras que en cuestión de muertes se reportaron 101 mil 926 fallecimientos.
Por otra parte, hay 392 mil 688 casos sospechosos que aún esperan una prueba de laboratorio para determinar si su padecimiento es Coronavirus.
En México, la tasa de pruebas disponibles es de 62%, lo que significa que la infección no detectada está muy extendida. Por si fuera poco, se ha reconocido que las cifras de defunciones podría ser mayor a las oficiales, debido a las pruebas limitadas.
La crisis continúa y se estima que el regreso a la «normalidad» apenas comenzará a mediados de 2021.
Al comienzo del brote de coronavirus se esperaba que las cosas se calmaran para mediados de 2020 sin embargo, los niveles de contagio no disminuyeron, provocando picos importantes en todo el mundo.
La negación al uso de cubrebocas y el surgimiento de grupos anti mascarillas ha representado un gran reto en diversos países para controlar los contagios. Investigadores de la Universidad Estatal de Londrina, en Brasil, encontraron que las personas que se niegan a utilizar cubrebocas presentan «rasgos antisociales», como bajos niveles de empatía y altos niveles de insensibilidad y asunción de riesgos. Del mismo modo, evitan acatar otras medidas como el distanciamiento social y el confinamiento.
Actualmente, gran parte de la presión sobre las máscaras está relacionada con el cuidado de los demás. Sin embargo, las personas que muestran menos empatía y más rasgos antisociales, como la insensibilidad, el engaño y la asunción de riesgos, están menos preocupadas por exponerse a sí mismas y a los demás.
Si bien una vacuna aún no ha sido aprobada por los jefes de salud, varias en desarrollo se encuentran en las etapas finales de prueba de voluntarios. Las compañías farmacéuticas Pfizer y BioNTech anunciaron que habían completado un ensayo clínico de una vacuna COVID-19 y que los datos mostraron que era 95% efectiva para proteger contra el virus. Las compañías habían dicho la semana pasada que la vacuna parecía tener una efectividad superior al 90% en un análisis inicial.
Aunque cada resultado positivo es emocionante, aún quedan muchas dudas en torno al virus. El proceso es largo y queda un largo camino por recorrer.
La vacuna estaría lista para ser aplicada primero en grupos vulnerables o de alto riesgo, incluidos los trabajadores de la salud y los ancianos. Pero aunque puede suponer un cambio importante en los niveles de contagio y el control de la pandemia, no significaría que todo desapareció, pero daría la oportunidad de comenzar a salir de esta situación.
Mientras que el anhelo de “normalidad” permanece, la comunidad científica continúa esforzándose por concientizar a la población en incentivar a seguir las medidas preventivas al pie de la letra.
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