El 2020 ha sido un año lleno de retos en todos los sentidos. La pandemia de COVID-19 nos a puesto a prueba y nos ha hecho enfrentar nuestros más grandes miedos; desde la soledad hasta la pérdida de un ser querido.
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Hemos cancelado planes y dejado de ver a nuestros amigos. Hemos dejado de hacer muchas cosas que antes disfrutábamos y nos hemos tenido que adaptar a una nueva realidad que está lejos de ser ideal.
La incertidumbre nos consume y quizá las lágrimas se han vuelto una constante. Si en estos momentos te sientes sobrepasada, debes saber que no estás sola.
Estás demasiado cansada y sólo quieres alejarte de todo, desaparecer de las redes sociales y dejar de preocuparte por todo. El agotamiento mental puede golpear tan fuerte como el físico.
Quizá no corriste un triatlón pero tus piernas se tambalean como tal; por momentos te falta el aire, tu corazón palpita rápidamente y la cabeza te da vueltas.
Cada vez te cuesta más trabajo levantarte de la cama, el trabajo es cada vez más pesado y lo último que quieres es pensar. Necesitas un descanso pero el mundo no se detiene y eso hace que parezca imposible tomarlo.
Para muchos, pedir un descanso es señal de que no eres capaz de controlar la situación, que no eres lo suficientemente fuerte como para seguir adelante o que eres demasiado quisquillosa.
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No, tomar un descanso no es cosa de «débiles», al contrario, son muestra de lo fuerte que has sido.
Quizá te ha costado trabajo asimilar algunas situaciones, quizá muchas personas te han decepcionado en estos momentos difíciles pero darte un respiro es una forma «mágica»de liberarte. El descanso es una limpieza profunda para tu alma.
Has cumplido al pie de la letra con tus obligaciones pero sobretodo, has hecho todo por no perder la cordura. ¡Eso es agotador!
Está bien cancelar planes incluso si estos son a través de la pantalla. Está bien darte un baño de burbujas o una ducha caliente para despejar tu mente. Está bien apagar el teléfono todo el día para dejar de estar en redes sociales. Está bien separarte de la realidad sumergiéndote en ese libro que tanto habías estado postergando. Está bien ponerte unos audífonos y escuchar tu música favorita para aislar el ruido exterior. Está bien quedarte todo el día en pijama y darte el gusto de comer tu postre favorito.
Tomar un descanso es más que necesario. Deja de cargar problemas ajenos, de querer resolver todo en un día.
Muchas personas no lo entenderán y te llamarán «exagerada» ¿pero sabes qué? ¡No importa! Descansar es cuidar de tu salud mental y eso nunca será una exageración.
Es momento de poner una barrera entre tú y las personas tóxicas que te rodean y sólo te roban energía. Haz una pausa a todo eso que no te llena y al menos por un día, concéntrate en lo que sí.
Sólo por hoy pon el letrero de «no molestar». No tienes que estar para todo el mundo todo el tiempo. El mundo no dejará de girar porque tomes un descanso.
Porque incluso los más fuertes pueden ser vulnerables a veces y eso está bien. Así que tómate un descanso y regresa más fuerte que antes. Un descanso te salvará de ti misma porque no hacerlo, sólo te hará colapsar.
Lo sé, es difícil hacerlo cuando eres demasiado ansiosa o perfeccionista pero tienes que hacer el intento, aunque sea con algo pequeño. Incluso llorar es un descanso así que hazlo si lo necesitas.
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