La humanidad está pasando por momentos difíciles a los que hemos terminado de acostumbrarnos. La actual pandemia por COVID-19 nos ha obligado a mantenernos aislados, lejos de la vida en el exterior, provocando que caigamos en un sin fin de emociones encontradas.
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Hemos cancelado planes y hemos perdido oportunidades; hemos dejado de ver a nuestros seres queridos y de hacer todo aquello que antes disfrutábamos sin miedo. Con tanta presión y angustia, es imposible no tambalear y sucumbir ante las lágrimas.
La incertidumbre nos consume y quizá las lágrimas se han vuelto una constante en tu día a día. Para muchos, esto es señal de que no estás sabiendo llevar las cosas, que no eres lo suficientemente fuerte como para seguir adelante o que eres demasiado sensible y por ende, imposible de entender.
No, llorar no es cosa de «débiles», al contrario, son muestra de lo fuerte que has sido.
Llorar es necesario, es una catarsis que tu cuerpo y mente piden a gritos. No tienes por qué aguantar las ganas de derramar unas lágrimas, ni tampoco tienes que ocultarte o sentirte avergonzada de ello.
Las lágrimas son una muestra de lo mucho que has luchado. Quizá te sientes herida pero a través de ellas has ido sanando poco a poco. Eres un alma muy bella con un corazón puro y amoroso.
Es especialmente en estos tiempos cuando necesitamos personas más sensibles, más humanas, con esa empatía y capacidad de dar amor.
Quizá te ha costado trabajo asimilar algunas situaciones, quizá muchas personas te han decepcionado en estos momentos difíciles pero bien dicen que las lágrimas se llevan todo lo malo. El llanto es sanación, es una limpieza profunda para tu alma.
Sí, tienes una mayor sensibilidad a la vida y eso es algo difícil de comprender para otros. No dejes que nadie te haga sentir menos por ser «demasiado sensible».
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Tienes la capacidad de ver más allá de la superficie y generar sabiduría desde adentro. Eres consciente de ti misma y eso te mantiene en balance. Estás en contacto con tu esencia, te mantienes firme con tus convicciones y no pierdes de vista lo que te ha hecho tan inquebrantable.
Eres un ser creativo, capaz de transformar lo que hay a tu alrededor en arte. Para ti, este tiempo ha sido una oportunidad para reencontrarte contigo misma. Pareciera ser una situación que desmotiva, pero has aprendido a enfocarte en todo aquello que alimente tu corazón.
A veces puedes olvidar tu fuerza y sucumbir ante la desesperación pero no olvides que es en los momentos de mayor oscuridad cuando las estrellas brillan con más fuerza.
Que el mundo hable, tú sigue con ese corazón tan bello que te hace diferente al resto. Si algo no te suma, simplemente hazlo a un lado y sigue tu camino.
Tus lágrimas te han enseñado a ver con quien cuentas y quien estará sólo para juzgarte.
No te sientas mal por llorar ni por sentir «demasiado». Tampoco te sientas mal por cortar relación con quienes absorben tu energía o por marcharte de un lugar donde no te sientes plena.
Disfruta de ese llanto purificador que te ha hecho cada vez más fuerte. Quizá quienes no lloran y te han juzgado por hacerlo, son los primeros que cargan con pesos demasiado pesados. Enséñales que llorar no es débiles sino de personas con una gran fuerza interna y sobretodo, de corazones puros y amorosos.
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