La travesura de una pequeña niña a su hermana menor se volvió en uno de los videos más vistos de la semana pero entre las risas que ocasionó también dividió opiniones sobre su comportamiento.
Todo comenzó cuando la pequeña Maria Eduarda, de apenas 3 años de edad, esperaba ansiosa el momento de soplar las velas de su pastel de cumpleaños. Mientras todos cantaban y aplaudían alrededor, su hermana Mara Antonia de 6 años aprovechó para acercarse y apagar el fuego.
De pronto, En las imágenes se ve como la pequeña Maria Eduarda espera emocionada el momento en que pudiera soplar las velas de su paste y pedir su tan esperado deseo de cumpleaños, pero cuando iba a apagarlas su hermana Mara Antonia, de seis años, se le adelanta y arruina el momento. La pequeña Eduarda no se dejó y de inmediato golpeó a su hermana, mientras esta seguía sonriendo con malicia.
Hay villanas que nacen y otras que se hacen…
— LaDiva Del StandUp Manu NNa (@manunisima) October 19, 2020
De lejos, el momento parece una típica pelea de hermanas pero varios usuarios analizaron lo sucedido, concluyendo que no debemos solapar ese tipo de comportamientos ni justificarlos diciendo que «son cosa de niños» o «de hermanos».
Este no es primer caso viral que vemos en Internet de niños pelear. De hecho, hay muchos y mientras que para muchos padres esto se ha vuelto una forma de ganar fama momentánea, nosotros sólo reímos, hacemos memes y no cuestionamos lo que hay detrás.
La mayoría de estas historias virales muestran niños desafiantes y burlones que golpean o le gritan a sus hermanos, a sus padres u otra figura de autoridad. Lo preocupante es que estas actitudes parecen estar escalando al extremo.
Sin asegurar nada sobre las pequeñas, es importante hablar de cuándo una situación así puede escalar a algo mayor si no se le da la atención adecuada. Los expertos en psicología y educación infantil destacan que un comportamiento desafiante o agresivo por parte de un niño para conseguir atención, puede catalogarse como el llamado síndrome del pequeño emperador, el niño tirano.
Es cada vez más normal ver a los niños pegar a sus padres, insultarlos, burlarse de ellos y mucho más para conseguir lo que quieren. No hay consecuencias ni tampoco límites. La crianza no es fácil y hay muchas opiniones con respecto a los castigos pero cuando nos encontramos frente a un pequeño tirano, vemos a un padre o una madre abrumada por las exigencias de su pequeño, al grado de que termina sintiéndose culpable por no satisfacer sus deseos.
Misma situación de ayer con las niñas, ahora con niños.
1.- El papá solucionando al momento y no después.
2.- El niño de la derecha se mete a soplar (no sé si por ayudar o por ojete) pero lo hace rápido y sin que se note.
3.- El niño culero se queda llorando
4.- Profit pic.twitter.com/IKaGbN8zya— Franco Escamilla (@franco_esca) October 20, 2020
El niño emperador tiende a tener una percepción exagerada de lo que le pertenece. No pide sino que exige y no está satisfecho con nada de lo que tiene en ese momento pues cuando lo obtiene, quiere aún más.
Posee baja tolerancia a la frustración, el aburrimiento o la negación por lo que responde con rabietas, insultos o agresiones frente a familiares y amigos, sin importar que queden a la vista de todos. Son egocéntricos. Creen que el mundo gira a su alrededor por lo que si no tienen toda la atención, se portan mal. Al final, siempre justificarán sus malas accione y culparán a otros. No siente empatía. Por tanto, no siente remordimientos cuando grita, amenaza o agrede físicamente a otro. No responde bien a las figuras de autoridad ni a las normas sociales. Exigen atención, no sólo de sus padres, sino de todo su entorno.
Si bien todos los niños son traviesos y los hermanos se pelean, es importante no normalizar esas conductas haciéndoles creer que son un juego. Los niños deben crecer en un entorno sano donde aprendan a ser compasivos y agradecidos, no pensando que son superiores a los demás y que por ende pueden hacer su voluntad y pisotear siempre.
No hay un manual sobre la crianza perfecta pero es responsabilidad que los padres formen niños emocionalmente inteligentes, así como empáticos y conscientes de los límites.
Este es el final de la historia, pero nadie lo comparte porque ya no hay golpes o muestras de odio. Sino dos hermanas que pronto olvidan peleas tontas y comparten amorosas un pastel de cumpleaños.
Ojalá volvieras a ser niño y perdonar facilmente. #hermanas #peleasdeniños pic.twitter.com/wL958cXSBw— Ignacio (@tiradomx) October 20, 2020
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