El amor es complicado pero mientras que muchos creen que basta tener química con cierta persona, olvidamos una parte esencial de toda relación exitosa: la inteligencia emocional y la responsabilidad afectiva
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Mientras que la inteligencia emocional nos da sensibilidad y empatía para resolver conflictos, la responsabilidad afectiva nos permite calibrar lo que le pasa al otro respecto a uno.
El secreto de las relaciones íntimas duraderas no está únicamente en las chispas que surgen automáticamente cuando se ven o se tocan sino también en la forma en la que se comunican. Antes de que las cosas entre tú y tu pareja se vuelvan complicadas, establezcan hábitos de comunicación saludables que les ayude a conectarse más allá de lo físico y emociones superficiales.
Trabajar en ello nos aleja de los conflictos innecesarios y ayuda a fortalecer lazos.
Las mujeres ya no buscamos sólo una pareja que sea atractiva o que cumplan con lo que la sociedad espera con respecto a que debe darnos seguridad económica y protección. No, las mujeres queremos una pareja emocionalmente inteligente con la que podamos establecer metas; una pareja con responsabilidad afecta con la que podamos hablar y entendernos desde las emociones sin dejar de ser racionales.
Una relación que cuente con ambas cualidades es lo suficientemente fuerte como para mantenerse a flote; va más allá de cuánto se aman el uno al otro.
Está basada en la amistad, el profundo respeto y la comunicación. Las parejas que desarrollan esto, resisten el paso del tiempo porque son amigos que se apoyan y se cuidan mutuamente. Comparten un vínculo de afecto mutuo. Conocen el mundo interno del otro y entienden los gustos y disgustos de los demás. Son compañeros y confidentes. Tienen un profundo respeto, así como sentimientos de profunda admiración el uno hacia el otro. Son capaces de honrar a su pareja y sus necesidades y deseos y mantenerlos en alta estima o estima.
Juntos aprenden a ver los desafíos como oportunidades en lugar de problemas. Son capaces de resolver problemas ingeniosamente en vez de hacerlos más y más grandes. Los problemas son desafíos para acercarse, entender su individualidad y ser colectivamente más fuertes.
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Una relación de amor no se trata de dominar al otro, sino de encontrar un balance
Cuando poseen responsabilidad afectiva, saben lo importante que es saber manejar sus emociones y hablar claro cuando algo les molesta o incomoda sin ofender ni atacar al otro.
A veces creemos que la mejor forma de evitar problemas es callando pero cuando llegamos a nuestro límite, explotamos y terminamos enojándonos por cosas del pasado que se fueron acumulando. La inteligencia emocional dicta que es importante decir algo cuando te molesta, aún cuando creas que no tiene importancia. Hablar las cosas en el momento contribuye a que los problemas se solucionen antes de que se vuelvan más grandes.
Si tienen algún desacuerdo, en lugar de expresar lo que piensan desde el estómago, lo hacen desde la razón, sabiendo lo mucho que se aman. Cuando se dejan llevar por las emociones, terminan diciendo cosas que no ayudan a calmar la situación en cambio cuando analizan mejor sus palabras y emociones, encuentran la mejor expresión y por ende, una solución.
Una relación ya no se trata de sólo seguir las tradiciones o lo que las películas románticas nos enseñan sobre lo que es ser «perfectos» y vivir «felices por siempre». Se trata de encontrar con quien construir un futuro seguro, convirtiendo los tropiezos en oportunidades. Alguien que sea capaz de dar y recibir amor y sobretodo con quien puedas luchar de la mano.
Mereces amor y lo encontrarás en alguien que posea inteligencia emocional y responsabilidad afectiva como tú. Alguien que esté consciente de sus miedos y de los tuyos pero que a la vez sea capaz de enfrentarlos lado a lado. Pero traerás esta persona una vez que aprendas lo mucho que vales. Así que no tengas miedo. Si eso implica estar sola un tiempo, hazlo, tómate tu tiempo pero jamás dudes de ti. Te darás cuenta de que todos te mirarán por el brillo que irradias.
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