Octubre es el mes rosa, el momento en el que nos recuerdan que el cáncer de mama es una enfermedad prevenible y curable, si se detecta a tiempo.
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De acuerdo a la información publicada por The Global Cancer Observatory (Globocan), el cáncer de mama encabeza la lista cuando de tipos de cáncer hablamos y el segundo lugar en causa de muerte a raíz de esta enfermedad, en mujeres.
Aunque cada vez hay más apertura a hablar sobre autoexploración y mamografía de rutina, es necesario continuar con acciones concretas libres de prejuicios que contribuyan a la prevención.
El Instituto Mexicano del Seguro Social, a través de diversos estudios, ha manifestado que si bien ha habido una aumento en el uso de la mamografía rutinaria ese uso no se ha visto traducido en una menor incidencia en los casos de cáncer de mama.
El cáncer de mama es un tumor maligno que afecta a más de 1.3 millones de mujeres al año, según datos de la OMS y que se ha convertido en una de las principales causas de muerte en México.
Este cáncer se desarrolla a partir del tejido o de los conductos y lóbulos que existen en las mamas, creciendo como un tejido maligno, por lo que se recomienda que a partir de los 25 años deben de realizarse chequeos mensuales para descartar la aparición de este cáncer.
Estos chequeos deben realizarse idealmente cinco días después del ciclo menstrual ya que las mamas no se encuentran estimuladas o inflamadas por el tiempo del periodo, es así que constantemente debe de hacerse el ejercicio de palparse en las mamas, las axilas y el cuello para buscar que no haya bolitas o nódulos que puedan aparecer.
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A partir de los 40 y hasta los 69 años aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, siendo la mejor prueba, una mastografía que se realiza anualmente o dependiendo si existen factores de riesgo, que de ser pocos, se podría extender hasta un chequeo cada dos años.
Factores de riesgo
Existen algunos factores que podrían influir o aumentar la probabilidad de padecer cáncer de mama, como menstruar a una edad muy pequeña o antes de los doce años, que exista una menopausia tardía después de los 52 años, el no haber tenido hijos o haberlos tenido después de los 30 años e incluso haber tomado alguna terapia de reemplazo hormonal afín de reducir los síntomas de la menopausia, menciona la ginecóloga de Doctoralia, Anaís Reyes.
Otros factores que también son importantes son la obesidad, el tabaquismo, o bien ser portadoras por herencia de algunos genes, es decir, si en la familia han existido casos de cáncer de mama, principalmente del lado materno.
Estudios y chequeos
Aunque de forma individual se puede realizar un chequeo rápido, nunca se debe descartar la revisión profesional a partir de los veinte años y dependiendo lo que indiquen las primeras mastografías, se puede ser candidato a mastografías más constantes desde los 35 años.
También es importante la detección o textura en caso de encontrar algún signo en las mamas, por ejemplo, si se detecta una lesión, es importante no tocarla constantemente porque se puede agravar esta lesión o bien si se detecta una bolita o quiste, en caso de sentirla como canica o encapsulada, debemos preocuparnos menos pues hay mayor posibilidad de que no sea un tumor maligno y se pueda extirpar.
Sin embargo, nunca se debe descartar la atención médica y en caso de la detección de alguna de estas bolitas, se debe de acudir inmediatamente al médico y no dejar pasar el tiempo, pues el cáncer de mama no muestra síntomas tan marcados como el dolor.
La autoexploración es la clave
Para la doctora Claudia Gamargo, jefa del Departamento Oncología de RedSalud, el descubrimiento a tiempo de alguna alteración en las mamas, es clave en el diagnóstico.
“Es recomendable realizar el autoexamen de mamas a diario. Por lo general, se recomienda efectuarlo en la ducha, poner un brazo detrás de la nuca y con la otra mano, palpar del área externa a la interna”, explica.
Si bien algunos entendidos en el tema proponen realizar la autoexploración en el séptimo día después de llegada la menstruación, para la experta, este procedimiento se puede realizar todos los días. “La nodularidad de las mamas se modifica según el ciclo menstrual y es bueno aprender a distinguir esos cambios”, comenta.
El autoexamen es una forma de detección precoz, a través de esta técnica, que no reemplaza a una mamografía, se puede identificar un nódulo, enrojecimiento, líquido en el pezón, etc. “Es bueno que la identificación prematura se acompañe de los dos procedimientos, lo que permitiría descubrir alteraciones o características presuntivas de un diagnóstico de cáncer”.
“Todas las mujeres somos susceptibles a desarrollar cáncer de mama. Sólo del 5% y al 10% de las que lo padecen tienen factores de riesgo identificables, entonces, mientras antes sea diagnosticado, más probabilidad hay de sanación”, agrega.
Mitos sobre el cáncer de mama
1. La mamografía es tediosa y transmite radiación
Es es el método más efectivo de detección de alguna anormalidad en las mamas. No es un proceso doloroso y el riesgo de radiación es mínimo.
2. El tamaño de los senos es determinante
Si tienes senos pequeños o grandes, es totalmente falso que puedas tener más o menos riesgo de padecer cáncer de mamas. El tamaño de la glándula no define nada.
3. El tipo de sostenes que usas afectan
Usar ropa interior con varillas, o sin varillas, no necesariamente influye en la formación de tumores o en el aumento de su tendencia. Se cree que pueden influir en la circulación linfática, pero no existe fundamento científico sobre esto.
4. Sólo las mujeres con antecedentes familiares deben practicarse la mamografía
Entre un 5% y un 10% de los tipos de cáncer de mamas son hereditarios, pero no así el 85% restante, lo que indica que cualquier mujer puede estar en riesgo.