El cáncer no afecta únicamente a quien lo padece, también genera una fuerte reacción en las personas allegadas al enfermo. Probablemente cree preocupación, angustia, impotencia, culpa, entre muchas otras. Sentir todas estas sensaciones es algo entendible, sin embargo, hay mucho que se puede hacer para apoyar a esa persona querida que esta atravesando un momento incluso más doloroso de lo que imaginamos.
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Existen diversas investigaciones en las que se ha demostrado que pacientes con cáncer que mantienen una actitud optimista y con esperanza, logran afrontar con mayor fuerza las decaídas, las quimioterapias, la enfermedad en general, aumentando así las probabilidades de un resultado favorable. A lo anterior hay que sumarme, que son las personas cercanas, las que ayudan a inyectar esas dosis de energía y optimismo, dando a entender que no va a ser un camino solitario, sino uno que se atravesará en conjunto y en el que se estará allí para el otro.
¿Qué va a pasar? ¿Cómo tú y tu familiar van a reaccionar? Son respuestas que varían en cada persona, sin embargo, informarte del diagnóstico, el tratamiento, el proceso, aprender a escucharlo, dejar que se exprese, que llore, tratar de ponerte es su lugar, todo esto puede ayudar a que lo entiendas mejor.
Estando en las quimioterapias, en las idas al hospital, las consultas médicas, es sólo una de las muchas formas en las que se puede apoyar. Es importante estar allí para el otro, pero también que puedas seguir adelante con tú propia vida, estando allí también para ti. En caso de no estar pudiendo manejarlo, presentando dramatismos innecesarios o que sea más abrumadora la situación de lo que sientes puedes manejar, recomendaría acudir a una terapia psicológica, que te pueda permitir tener estabilidad para continuar allí, ya que finalmente si no estas bien contigo ¿Cómo poder estarlo para el otro?.
Estar físicamente no lo es todo, la calidad del vínculo es una parte esencial. Que las conversaciones no se centren en la enfermedad todo el tiempo, quien la padece «No es cáncer, tiene cáncer» y es un ser humano con toda una vida, llena de muchas cosas más.
Para pensar en cómo apoyar es necesario considerar cómo es y era la rutina de vida de la persona. Pudiendo así ayudar a que no se sienta aislado de su entorno y que tenga menores preocupaciones. Pensemos en cuestiones prácticas, encargarse de sus hijos, hacer las compras de la casa (alimentos), realizar trámites (pago de servicios).
Es importante pensar en lo que este tipo particular de cáncer representa, ya que tiene detrás toda una simbolización. Si queremos apoyar más a este familiar hay que considerar lo que le puede estar representando.
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Cuando hablamos de seno, pensamos en la feminidad, en la capacidad de ser mujer y madre. Consideremos que no solamente se le dice cáncer de seno, también es de pecho, de mama. Por lo que junto a la amenaza de muerte, se suman otros sentimientos que están relacionados con la vida sexual y amorosa, que se siente en peligro, al igual que la posibilidad de ser madre.
La mastectomía suele ser un procedimiento a seguir en este tipo de cáncer y puede llevar consigo la idea de ‘ya no soy una mujer verdadera’ y pese a existir la posibilidad de realizar una reconstrucción artificial del seno, no borra la mutilación que ha tenido lugar en el cuerpo de la mujer. La pérdida del seno tiende a revivir otras pérdidas, separaciones, sufrimientos por duelos anteriores. Por lo que lleva un proceso para poder aceptar esta nueva pérdida.
Si un familiar está atravesando este tipo de duelo (porque sí, la extracción de un seno es una pérdida), debemos de estar allí para él, trabajando nuestras propias angustias con otros allegados y no mostrarle nuestra angustia constante a quien la padece. Expresando que juntos atravesaremos el proceso. En caso de ser la pareja quien atraviesa ese proceso, no debemos dejar de lado la parte sexual, ya que en ésta están involucradas muchas angustias de quien la padece, recordemos que no deja de ser mujer.
Escuchar la palabra cáncer es aterrador, amenazante y nos lleva a pensar en muerte, generando miedo, ansiedad e incluso puede llevar a la depresión, ambos y no sólo el enfermo están angustiados y estresados. Expresando y no ocultando esta realidad, se puede enfrentar juntos la situación. Un diagnóstico como el de cáncer puede convertirse en el centro de vida del paciente, pero tú puedes ayudar a que se distraiga aún padeciéndolo, no tengas miedo de las distracciones, de los chistes y de reírse, el optimismo y la risa son clave.
Por qué es octubre rosa
Octubre es el mes en el que los ojos de todo el mundo se vuelcan sobre una enfermedad. Durante 30 días se habla de una forma más abierta del cáncer de mama, terrible padecimiento que le cuesta la vida millones de mujeres alrededor del mundo.
Utilizar un lazo rosa como identificador del cáncer de mama surgió en la década de los 90. Movimientos como la concientización sobre el SIDA y el lazo amarillo de Penney Laingen, esposa de un prisionero en la Guerra del Golfo, fueron los movimientos que precedieron el uso del lazo rosa.
La primera vez que se identificó al lazo rosa como parte de la lucha contra el cáncer de mama, fue en 1990 en el Maratón de Nueva York organizado por Susan G. Komen Breast Cancer Foundation. La campaña tomó otros tintes cuando en 1992 Evelyn Lauder, después de ser diagnosticada con cáncer, co-creó el moño rosa junto a Alexandra Penney.
Aprovecharon la importancia de la firma de cosméticos Estée Lauder, para distribuir lazos por todo Estados Unidos. La iniciativa no sólo se quedó como un bonito adorno, crearon el Breast Cancer Research Foundation que busca ayudar al as mujeres que padecen esta terrible enfermedad.
Las cifras
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), «cada año se producen 1,38 millones de nuevos casos y 458 000 muertes por cáncer de mama (IARC Globocan, 2008). El cáncer de mama es, de lejos, el más frecuente en las mujeres, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. En los países de ingresos bajos y medios, su incidencia ha aumentado constantemente en los últimos años debido al aumento de la esperanza de vida y de la urbanización, así como a la adopción de modos de vida occidentales».
*Psicóloga de la Clínica de Asistencia de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM).