Los perros son seres extraordinarios que nos acompañan incondicionalmente en la vida. Ellos no llegan a nuestra vida por casualidad pues de acuerdo con antiguas creencias, son guías de luz encarnadas que llegan para cancelar algún karma que cargamos, lo que los hace aún más especiales.
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Es fácil para los humanos mostrar afecto por sus perros, ya sea con un pequeño masaje en el vientre, una golosina o el permitir que se recuesten junto a nosotros. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo te demuestra tu perro que se preocupa por ti y que te ama?
Quizá las señales más obvias podrían ser que salta de emoción cuando llegas a casa, meneando su cola o que lame tu rostro cuando lo acaricias. Sin embargo, una de las formas más inesperadas en las que revela lo mucho que te ama es a través de los ojos.
¡Sí! Así como sucede entre humanos, una mirada dice mucho más que mil palabras.
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Los perros se comunican claramente a través de la mirada pero tienes que prestar atención. El contacto visual es un acto íntimo. Para muchos perros, es una muestra de confianza y afecto. Si tu perro mantiene contacto visual contigo en el registro, está mostrando un alto grado de apego. Cuando tu perro te mira, su cerebro libera oxitocina, que es la misma hormona que ayuda a las nuevas madres a vincularse con sus bebés. Tu cerebro hace lo mismo.
El contacto visual afectuoso es diferente del contacto visual amenazador. No es recomendable tener una mirada fija con un perro desconocido o nervioso.
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Investigadores japoneses encontraron que los perros que mantuvieron una mirada prolongada con sus dueños tenían niveles elevados de oxitocina, una hormona producida en el cerebro que se asocia con la crianza y el apego, similar a la retroalimentación de sentirse bien que refuerza el vínculo entre padres e hijos. Después de recibir esas largas miradas, los niveles de oxitocina de los propietarios también aumentaron.
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La mirada de un perro da señales de conexión y respuesta a su dueño, quien lo complementa con hablarle bonito o con acariciarlo. Los expertos sugieren que la comunicación ojo a ojo favorece la convivencia del perro con otros humanos.
«Lo único de este estudio es que demuestra que la oxitocina puede impulsar la interacción de la mirada social entre dos especies muy diferentes», dijo Steve Chang, profesor asistente de psicología y neurobiología en Yale, que no participó en esta última investigación.
