Las mujeres cuando son víctimas de una infidelidad sufren mucho. Por tal motivo es complicado que entiendan en el momento que ese trago amargo tenga beneficios. Un estudio comprobó que a largo plazo la mujer, a raíz del engaño, refuerza su inteligencia de pareja, lo que hará que elija mejor en el futuro.
El portal Science Daily publicó recientemente una investigación de la Universidad de Binghamton (Nueva York) y la University College de Londres. Dicho estudio comprueba que en vez de perder, las mujeres ganan cuando sufren un engaño.
El autor principal del estudio y antropólogo biocultural, Craig Morris, afirmó en su tesis que «la mujer que pierde a su pareja porque esta se marcha con otra persona pasará tras la ruptura un período de dolor, pero saldrá de esa experiencia con una inteligencia de pareja superior que. Y en el futuro le permitirá detectar mejor las señales que indican que un posible compañero no es el adecuado».
En este sentido, Morris asegura que con el paso del tiempo la mujer a la que le fueron infiel gana y otra mujer pierde. Sobre todo porque esta última se queda con una pareja que posee un historial de engaño e infidelidad.
Un grupo de investigadores estadounidenses y británicos realizaron una encuesta entre 5.705 personas de 96 países. Los resultados arrojados confirman la posición de Morris. Una infidelidad seguida de un rompimiento trae a la persona una evolución adaptativa que es positiva para su crecimiento personal.
El estudio se enfoca en las mujeres y no dice si sucede lo mismo en hombres que se enfrentan a una infidelidad. Pero Morris publicó en 2018 un informe sobre quién tarda menos en recuperarse: el hombre o la mujer.
Este otro estudio demostró que aunque la mujeres sufren un mayor impacto emocional, se recuperan más rápido. «Ellas suelen ser más selectivas a la hora de elegir a un compañero de calidad y la pérdida de ese compañero de calidad duele más».
«El hombre probablemente sentirá la pérdida profundamente y por un periodo muy largo de tiempo. Sucederá a medida que entiende que debe empezar a competir de nuevo para reemplazar lo que ha perdido. O incluso peor: puede llegar a la conclusión de que la pérdida es irremplazable», concluyó Craig Morris.