Las flores tienen un significado muy especial. No sólo son hermosas y con un aroma delicioso sino que además, funcionan como un desintoxicante mental de aquello que nos agobia en la vida.
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Cada una de ellas tiene su propia historia y son parte de los relatos más fantásticos.
Así es la Rosa de Sharon o de Saron, conocida por sus grandes pétalos rosas, blancos y azules. Su nombre científico es Hibiscus syriacus y se cultiva como flor ornamental en muchas partes del mundo. También se le conoce como rosa de Siria, altea, suspiro, granado blanco, malva real de Sevilla, malvavisco arbóreo.
Crecen en un arbusto que puede llegar hasta los 12 pies de alto y 10 pies de ancho. Sus semillas son como granos de arena y pueden sobrevivir durante décadas en el desierto y al primer signo de agua, brotan.
Es un miembro de la familia de la malva que es distinta de la familia de las rosáceas. Según los relatos de la Biblia, Sarón es una llanura fértil que se convirtió en tierra de cultivo y pastoreo para después evolucionar a un desierto árido y seco. Se dice que las Rosa de Sarón y el Lirio de los Valles florecieron entre las dunas de arenas, convirtiéndose en el reflejo de sobrevivir a las adversidades
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Por otro lado, la Rosa de Sarón crece en Israel y se interpreta en la Biblia como la figura de Jesucristo.
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Florece de manera maravillosa y cuando se desprende de su tallo, es capaz de seguir viva. Lo increíble es que si ésta se adhiere una vez más al tallo de donde fue cortada, revive por lo que la creencia cristiana la ha relacionado a Dios.
«Yo soy la rosa de Sharón, el lirio de los valles» Cantares 2:1
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Rosa de Sarón es la flor más bella y también representa la abundancia y la tierra fértil. Habla de sobrellevar los obstáculos y crecer.
La belleza de esta flor también la ha llevado a ser mencionada en la poesía y la música.
«Rosa de Saron, como un vaso nos llenó. Su belleza reveló. La Rosa de Saron»